Son días críticos para la gobernabilidad de Pedro Castillo en la Presidencia de Perú. Sin apoyo parlamentario, limitado por una crisis internacional e investigado por un caso de corrupción que salpica a él y a su familia, ahora debe rearmar su Gabinete por quinta vez en apenas un año de mandato.
Este miércoles presentó su renuncia el presidente del Consejo de Ministros, Aníbal Torres, escudándose en «razones personales», pero apenas una semana después de que la oposición tomara los principales puestos en el Congreso y, con el reinicio de sesiones, se iniciaran los movimientos para un nuevo juicio político contra el mandatario.
«Por razones personales pongo a su disposición el cargo de presidente del Consejo de Ministros. Aprovecho de esta oportunidad para agradecerle por la confianza depositada en mi persona, primero como ministro de Justicia y luego como premier», afirmó Torres en una carta publicada en Twitter. Y luego afirma que regresa a su actividad como docente y a «lo que más extrañaba: la investigación jurídica».
Cuando el presidente del Consejo de Ministros renuncia en Perú, todos los demás ministros deben poner su dimisión sobre la mesa del Presidente, a la espera de ser removidos o ratificados. Son muy pocos los que acompañan al mandatario desde el inicio de su gestión, y eso tiene que ver con el reacomodamiento de la coalición de Gobierno, que ha dejado a Castillo prácticamente sin respaldo (hasta fue invitado a retirarse de su partido).
¿Qué pasará ahora? Castillo aseguró que este viernes anunciará al nuevo Gabinete y anticipó que busca conformar un equipo de «ancha base».
FRENTE JUDICIAL
Pero además de la crisis política, Castillo atraviesa serios problemas judiciales. Actualmente hay cinco investigaciones en la Fiscalía en relación al mandatario, la cuales van de presunta corrupción y colusión agravada en un proyecto de obra pública, hasta el supuesto plagio en su tesis universitaria, pasando por el tráfico de influencias en un contrato estatal de adquisición de combustibles.
La Justicia lo había llamado a declarar y sus abogados habían solicitado hacerlo en el Palacio de Gobierno. Pero, sorpresivamente, este jueves Castillo se presentó ante la fiscal general Patricia Benavides para brindar su testimonio, puntualmente sobre las investigaciones en su contra por presunto tráfico de influencias en el ascenso de militares y policías de alto rango.
De todos modos, según cuenta su abogado, Benji Espinoza, Castillo apeló a su «derecho de guardar silencio» y se excusó de responder. Pero al salir sí habló ante la prensa: «No me voy a someter a casos mediáticos, lo mediático no me ha elegido; a mí me ha elegido el pueblo peruano. No soy parte ni formo parte de una red criminal, eso lo he dicho el día de hoy a la Fiscal de la Nación».
De acuerdo a Reuters, se trata de la primera vez que un presidente en ejercicio en Perú es investigado por la Justicia. Sin embargo, la Constitución indica que no puede ser acusado mientras dure su mandato de cinco años. Por eso es que el Congreso busca avanzar en el juicio político para declarar la “vacancia”.
Un dato llamativo es que Castillo fue caminando a la Fiscalía: salió del Palacio de Gobierno, declaró en el Ministerio Público y luego regreso a pie a su despacho. A su alrededor, cientos de personas se manifestaban a favor y en contra.
