El Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como el «Banco del Vaticano», anunció hoy que mantiene depósitos por más de 5.000 millones de euros, al tiempo que informó ingresos durante 2020 de 36,4 millones de euros, un leve descenso frente a los números de 2019.
«En 2020, un año especialmente difícil para la economía mundial, el Instituto siguió garantizando servicios financieros de calidad al Estado de la Ciudad del Vaticano y a la Iglesia católica presente en todo el mundo», destacó hoy el IOR en un comunicado en el que dio a conocer su balance del año pasado.
Según las cifras oficiales, la entidad financiera que cuenta con 107 empleados en su sede única dentro del Vaticano, cerró 2020 con 5.000 millones de euros en depósitos de sus 14.991 clientes, un leve descenso frente a los 5.100 millones informados un año antes.
Por otro lado, de acuerdo con el balance dado a conocer hoy, el IOR tuvo ganancias de 36,4 millones de euros en 2020, un leve retroceso frente a los 38 millones de 2019.
Según el IOR, sus ingresos se basan en un «proceso de inversión ‘risk-based’ y coherente con la ética católica aplicado a la gestión de sus activos».
En 2020, el banco continuó con su «máximo compromiso de garantizar la plena y continua adhesión a los principios y a la doctrina social de la Iglesia Católica en todas sus actividades operativas y, en particular, de forma prioritaria, en los procesos de gestión y en las políticas de inversión del patrimonio propio y de los de sus clientes», según el Vaticano.