Casi US$ 8.000 millones destinará el Gobierno de Brasil a lo que el propio ministro de Economía, Paulo Guedes, había denominado “Proyecto Kamikaze”: un amplio paquete de medidas que incluye un importante aumento en los montos de los planes sociales y subsidios a los combustibles hasta fin de año.
El proyecto de ley fue impulsado por el presidente Jair Bolsonaro, que busca así garantizar una cierta calma social de cara a las elecciones del 2 de octubre. Vale recordar que todos los sondeos dan ganador en primera vuelta a Luiz Inácio Lula Da Silva, con más de 15 puntos de diferencia sobre el actual mandatario, que busca su reelección.
Este miércoles, el Congreso brasileño aprobó con una amplia mayoría (469 votos contra 17) la iniciativa. Incluso fue votada por el Partido de los Trabajadores (PT), de Lula, quien celebró la ayuda a la población en un contexto de crisis internacional.
En concreto, los diputados avalaron disponer R$ 41.000 millones (casi US$ 8.000 millones) para aumentar de 400 a 600 reales mensuales los aportes para los beneficiarios del programa Auxilio Brasil, el sello de los planes de Bolsonaro que sustituyeron a la Bolsa Familia, de la administración de Lula. En tanto, los jubilados viajarán gratis en el transporte público.
Por otra parte, dispone un fuerte subsidio para contener la crisis energética: le otorga R$ 1.000 (US$ 200) por mes a los camioneros autónomos para compensar el aumento de los combustibles; subvenciona la nafta a las azucareras que producen etanol; y da US$ 10 mensuales a las familias pobres para comprar garrafas de gas.
PUNTO DE ENCUENTRO
Llegar a la aprobación no fue sencillo. El plan del oficialismo era que los beneficios se extendieran sólo por cinco meses, pero los partidos de izquierda (incluido el PT) pedían que fuera permanente.
Ante la posibilidad de que fracasaran las negociaciones y se cayeran las ayudas, estos últimos cedieron en sus pedidos de modificación, y sólo se aplicarán hasta final de año, quedando la renovación o no en manos del próximo gobierno. Como se afirmaba, Lula mandó a su bloque a apoyar la iniciativa, y luego de la aprobación le dijo a la gente que aprovechara los beneficios, pero que luego lo votara a él para seguir teniéndolos de manera estable.
Pero sus legisladores fueron duros con el presidente. “Bolsonaro demoró tres años para aprobar la ayuda social y ahora la ejecuta como campaña electoral. Con Lula el beneficio será permanente y no una aventura electoral luego de haber menospreciado a los más pobres», expresó Reginaldo Lopes, jefe del bloque del PT.
Los 17 votos en contra fueron de los partidos de derecha neoliberal: el Partido Novo y el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), quienes apoyan la agenda económica de Guedes y aseguran que esta medida excede los gastos que el Estado tenía previsto realizar este año. Justamente por eso, el proyecto se presentó como “enmienda constitucional”, para eludir los límites impuestos por el Presupuesto.