«Por favor, ayúdennos», esta es una de las frases que escriben en las ventanas migrantes que fueron deportados de EEUU y que ahora se encuentran en el Hotel Decápolis de Panamá esperando aterrados ser llevados de vuelta a sus países de origen.
En el Hotel Decápolis se encuentran 299 migrantes, de los cuales 128 no quieren volver a sus naciones por temor a represalias.
Los restantes 171 ya viajaron en tres vuelos a sus respectivos países.
Estas personas provienen de países como India, China, Uzbekistán, Irán, Vietnam, Turquía, Nepal, Pakistán, Afganistán y Sri Lanka, los cuales no suelen aceptar a deportados de EEUU.
Mientras se llevan a cabo las negociaciones, el Gobierno panameño informó que estos 128 individuos serán trasladados a un campamento en el Darién, donde se halla la selva que muchos migrantes cruzan para llegar a Norteamerica y que es considerada la más peligrosa de América Latina.
En el interín, estas personas se encuentran en el Hotel Decápolis y tienen prohibido salir al exterior. Miembros del Servicio Aeronaval de Panamá rodean las instalaciones.
El ministro de Seguridad Pública de Panamá, Frank Ábrego, sostuvo: «Lo que acordamos con el Gobierno de EE.UU. es que ellos quedan y están bajo la custodia temporal nuestra para su protección».
Al ser consultado respecto a la imposibilidad que tienen estos migrantes de salir del hotel, el funcionario respondió que se trata de una medida de prevención que tiene como objetivo garantizar la seguridad y tranquilidad de los panameños.
Ábrego hizo hincapié en que «recibió a estos señores migrantes, les dimos la acogida en un hotel de la localidad, en el hotel Decápolis, pues es el que tiene en este momento la capacidad de recibirlos».
Y adelantó que «no se espera la llegada de más migrantes» porque no se acordó con EEUU la llegada de nuevos vuelos.