Este lunes, Norma Piña fue elegida como la primera mujer en presidir la Corte Suprema de Justicia de México, al imponerse en una votación ajustada y no exenta de polémicas.
La magistrada forma parte del máximo tribunal desde 2015, durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto y se encontraba al frente de la Primera Sala. Ahora presidirá la Corte, luego de obtener seis sufragios sobre once en la votación final, luego de dos instancias anteriores.
En verdad, la candidata del presidente Andrés Manuel López Obrador era Yasmín Esquivel, pero fue acusada de plagiar su tesis de licenciatura y ser esposa de un importante contratista del Estado, y quedó fuera de carrera. A la última ronda llegaron Piña y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.
Al tomar posesión del cargo, la magistrada afirmó que con su elección se logró romper un “inaccesible techo de cristal”.
«Al ser la primera mujer que preside este máximo tribunal, represento también a las mujeres; a nuestro nombre, les agradezco la congruencia a mis compañeras y compañeros, reconozco la importantísima determinación de la mayoría de este tribunal pleno de romper lo que parecía un inaccesible techo de cristal», sostuvo, y agregó que se trata de un paso más hacia la ruptura de la cultura patriarcal.
Asimismo, prometió trabajar “por una sociedad más justa, más igualitaria sin violencia contra las mujeres”.
La recientemente designada presidenta de la Corte Suprema reemplazará a Arturo Zaldívar, quien está señalado por ser “demasiado cercano” a López Obrador y acusado de intentar modificar los reglamentos del cuerpo para extender su mandato. Por lo tanto, la elección de Piña supone una derrota política para el presidente.