En una reciente entrevista, Bill Gates generó un curioso debate luego de afirmar que sus hijos no heredarán la mayor parte de su fortuna, valorada en 162.000 millones de dólares según Bloomberg. El cofundador de Microsoft explicó que cada uno de ellos recibirá menos del 1 % de su patrimonio, ya que considera que una gran herencia no garantiza el éxito ni la realización personal.
Gates destacó que su prioridad ha sido brindarles una educación de calidad y herramientas para su desarrollo personal. “No les pido que dirijan Microsoft. Quiero que construyan su propio camino”, afirmó.
Su postura busca evitar que sus hijos sean definidos por la riqueza heredada y que su identidad quede “eclipsada por la increíble suerte” que él mismo tuvo.
A pesar de recibir una fracción mínima de su fortuna, el 1 % de su patrimonio equivale a 1.620 millones de dólares, una cifra que los coloca en el 1 % más rico del mundo. Aunque en 2011 Gates había mencionado que cada hijo recibiría 10 millones de dólares, no confirmó si esa cifra sigue vigente, pero insistió en que la mayor parte de su riqueza será destinada a la filantropía.
El magnate subrayó que su fundación, creada junto a su exesposa Melinda French Gates, es el vehículo principal para su legado. Sus hijos han sido testigos de los esfuerzos en causas como la erradicación de la polio, el acceso a agua potable y el desarrollo de vacunas en países vulnerables. “Espero que estos proyectos sean motivo de orgullo para ellos”, expresó.
Gates no es el único multimillonario tecnológico en optar por esta filosofía. Laurene Powell Jobs, viuda de Steve Jobs, y Jeff Bezos también han manifestado su intención de no transferir grandes herencias a sus hijos. Según el empresario, esta postura refleja un cambio de mentalidad en la élite tecnológica, que prioriza la filantropía sobre la acumulación generacional de riqueza.