El Congreso de Brasil, controlado por una coalición de centro-derecha que fue el núcleo del poder de Jair Bolsonaro durante sus cuatro años de gestión, acaba de darle a Luiz Inácio Lula Da Silva un primer gran guiño: aprobó una enmienda constitucional que le permite aumentar el límite del gasto social.
El objetivo de esta herramienta es dotar de mayores recursos a los planes de ayuda social implementados por Bolsonaro bajo el nombre “Auxílio Brasil”, que emulan al “Bolsa Familia” que había creado Lula durantes sus primeros dos mandatos. La continuidad y el incremento de estas ayudas fue una de las principales promesas de campaña.
Las gestiones para esta aprobación -que se concretó a última hora del miércoles y fue celebrada como un triunfo antes de la asunción del 1° de enero- fueron encabezadas por el equipo de transición de Lula, que manos de los referentes de los sectores más moderados de su espacio, con el vicepresidente electo Geraldo Alckmin como responsable.
Se acordó que el tercer gobierno de Lula pueda aumentar el gasto social en R$ 145.000 millones (US$ 28.000 millones) durante un año para garantizar un desembolso mensual de R$ 600 en el marco del Bolsa Familia 2. Además, realizará un pago extra a las familias con niños de hasta seis años y se elimina el techo de gasto R$ 23.000 millones adicionales de ingresos extraordinarios procedentes de la inversión pública. En los primeros tres años, Bolsonaro se jactó de sobrepasar ese techo, pero en el último año (y ante una inminente derrota electoral) creó una vía alternativa para otorgar el Auxílio Brasil sin romperlo formalmente.
En Diputados, el proyecto se aprobó 331 votos contra 163, mientras que en el Senado fue por 63 a 11. Tras esta última votación, el presidente de la Cámara Alta, Rodrigo Pacheco, aseguró que esta enmienda «garantizará la asistencia a los más necesitados».
Los mercados se encargaron de poner límites: reaccionaron de manera negativa al tratamiento de una ampliación del gasto, y los legisladores buscaron entonces acotar esto a un año. Pero ya se venía recortando la disponibilidad respecto al proyecto original, en el que Lula pedía eximir 175.000 millones de reales en ayudas sociales del tope de gasto para cada uno de los cuatro años de su mandato. El Senado ya lo había ajustado a principio de mes.
Sobre este tema, quien va a ejercer como ministro de Hacienda, Fernando Haddad, le dijo a la prensa que la cómoda victoria en la Cámara baja servía como una buena prueba del apoyo político del futuro gobierno en el Congreso. Envalentonado, anticipó que tiene en mente enviar un proyecto de reforma tributaria para subsanar el desbalance de este mayor gasto social, es decir, buscarán subir impuestos para equilibrar las finanzas públicas.
