El príncipe Andrés fue despojado de sus cargos militares y de los patrocinios reales tras acusación de abuso sexual, informó este jueves el Palacio de Buckingham.
“Con la aprobación y el acuerdo de la Reina Isabel ll, las afiliaciones militares y los patrocinios reales del Duque de York han sido devueltos a La Reina.
“El duque de York continuará sin asumir ningún deber público y está defendiendo este caso como ciudadano privado”, precisó el palacio de Buckingham en un breve comunicado.
Este miércoles un juez de Nueva York rechazó una petición interpuesta por los abogados del príncipe para que desestimase la denuncia de agresiones sexuales. La cual fue presentada en su contra por Virginia Guiffre, una estadounidense que lo acusa de haber abusado de ella en 2001, cuando tenía 17 años.
Guiffre es una de las víctimas de los delitos sexuales del financiero estadounidense Jeffrey Epstein. Quien fue declarado culpable de pederastia por un tribunal de Florida y que se suicidó en una cárcel de Nueva York en agosto de 2019.
La amistad de Andrés, de 61 años, con el estadounidense provocó un gran escándalo por lo que se retiró de la vida pública.
El caso de Andrés, considerado por todos como el “hijo predilecto” de Isabel II, es uno de los múltiples escándalos que dañan la imagen de la monarquía británica.
Para juristas entrevistados por la AFP, si Andrés no logra un acuerdo financiero con la demandante será juzgado en lo civil. El riesgo de enfrentar un proceso penal sería ínfimo, aseguran.
Si todos los recursos de Andrés contra la acusación de Giuffre fracasan, un proceso civil podría surgir. En ese caso, el duque de York, quien rechaza “categóricamente” las acusaciones, deberá entregar su testimonio juramentado en un gabinete de abogados.
Esto sucederá probablemente en el Reino Unido, y también responderá a preguntas formuladas por consejeros estadounidenses de la demandante.
“Es un cuadro menos formal que un tribunal, pero puede ser muy largo, durar horas y ser bastante agresivo”, explica a la AFP, el antiguo fiscal, Bennett Gershman.
Las respuestas del príncipe serían sometidas como pruebas ante un jurado de un proceso civil encargado de deliberar sobre una compensación económica para la demandante.
“Si no comparece, será juzgado en rebeldía y el juicio le será desfavorable”, advierte el abogado neoyorquino Richard Signorelli.
La acusación que Giuffre por “agresiones sexuales” habrían sido perpetradas en 2001 en Londres, Nueva York y las Islas Vírgenes.
Todas ellas en residencias de los depredadores sexuales Jeffrey Epstein y Ghislaine Maxwell, amigos del príncipe. Esta acusación no puede ser convertida en proceso penal por crímenes sexuales.
Pero nada impide que en el futuro fiscales estadounidenses inicien persecuciones penales contra Andrés si estiman que pudo cometer un crimen.
Ghislaine Maxwell, hija del magnate británico de los medios de comunicación Robert Maxwell, le presentó en 1999 al príncipe Andrés a Jeffrey Epstein, que en ese momento era su pareja.
El segundo hijo de la reina Isabel II explicó que lo vio después de “manera irregular y probablemente no más de una o dos veces al año”. Indicó también que se había hospedado en “varias de sus residencias”.
Ampliamente difundidas en los medios de comunicación, las fotos dan fe de sus vínculos. Muestran al exmagnate, a Ghislaine Maxwell y al príncipe participando juntos en una partida de caza en el dominio real de Sandringham, en 2000.
Publicado en cooperación con Newsweek México