En un intento por forjar una nueva alianza estratégica, el presidente ruso Vladímir Putin viajará este martes a Irán, según informó la televisión estatal iraní. En su primer viaje fuera del territorio comprendido por la antigua Unión Soviética desde la invasión de Ucrania, el mandatario ruso participará de una cumbre con sus homólogos iraní y turco sobre el conflicto sirio.
En un mundo que se reposiciona cada vez más en bloques, los tres países están trabajando juntos para tratar de reducir la violencia en Siria, a pesar de apoyar a bandos opuestos en la guerra. Rusia e Irán son los más firmes defensores del presidente sirio Bashar al-Assad, mientras que Turquía apoya a los insurgentes contrarios a Assad.
El presidente turco Tayyip Erdogan amenazó con lanzar otra operación en el norte de Siria, a lo que se oponen Teherán y Moscú. Por su parte, Putin y Erdogan se reunirán en Teherán para discutir un acuerdo destinado a reanudar las exportaciones de cereales de Ucrania por el mar Negro.
El espectro de un emergente bloque árabe-israelí respaldado por Estados Unidos que podría inclinar la balanza de poder de Medio Oriente en detrimento de Irán aceleró los esfuerzos de sus gobernantes por reforzar los lazos estratégicos con el Kremlin.
«Teniendo en cuenta la evolución de los lazos geopolíticos tras la guerra de Ucrania, la clase gobernante trata de asegurarse el apoyo de Moscú en la confrontación de Teherán con Washington y sus aliados regionales», dijo un alto cargo iraní, que pidió no ser nombrado.
En un claro mensaje enviado a Occidente de que Rusia tratará de impulsar los lazos con Irán, Putin se reunirá con la autoridad más poderosa de la República Islámica, el ayatolá Alí Jamenei, apenas unos días después de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, visitara Israel y Arabia Saudita.
Todos los dirigentes políticos internacionales observan con atención la visita de Putin a Teherán, pues la invasión rusa de Ucrania reconfiguró el mercado mundial del petróleo, así como ante la advertencia de Washington sobre el plan de Teherán de proporcionar a Rusia hasta varios cientos de aviones no tripulados. Hasta el momento, Teherán negó la venta de drones a Moscú para su uso en Ucrania.
Envalentonado por los altos precios del petróleo tras la guerra de Ucrania, Teherán apuesta por con el apoyo de Rusia, podría presionar a Washington para que ofrezca concesiones a fin de reactivar el acuerdo nuclear de 2015. En virtud del acuerdo, Teherán frenó sus sensibles operaciones nucleares a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales contra Irán.
Pero el expresidente estadounidense Donald Trump salió del pacto en 2018 y volvió a imponer sanciones paralizantes a Irán. Un año después, Teherán comenzó a violar los límites nucleares del pacto. Tras casi un año de conversaciones indirectas entre Teherán y Washington en Viena, las negociaciones quedaron estancadas en marzo, con Irán cuestionando la determinación de Estados Unidos y Washington pidiendo a Teherán que abandone sus demandas adicionales.
Pero Moscú y Teherán, ambos sometidos a sanciones estadounidenses, tienen intereses comunes. Irán, cuya industria petrolera lleva años sufriendo bajo las sanciones de Estados Unidos, ha dependido durante mucho tiempo de las compras de petróleo de China para mantener la economía a flote. Desde el inicio de la guerra de Ucrania, Moscú le quitó a Irán su mercado de petróleo en Asia. Por estos motivos, Putin busca aliados internacionales para finalizar con el aislamiento impuesto por Occidente debido a la guerra.