El presidente estadounidense Donald Trump y el aspirante demócrata Joe Biden volverán a la senda de la campaña electoral hoy con visitas a tres estados pendulares, un día después de que los dos candidatos rivalizaran simultáneamente por la atención de los votantes en dos programas de televisión en hora de máxima audiencia.
Estos eventos, que sustituyeron un debate presidencial cancelado a raíz del diagnóstico de coronavirus de Trump, también pusieron de relieve el fuerte contraste en el enfoque de ambos candidatos a menos de tres semanas de los comicios del 3 de noviembre.
Un combativo Trump, enfrentándose a la moderadora Samantha Guthrie en la cadena NBC, se negó a condenar la extraña teoría de la conspiración QAnon, afirmó que las elecciones de 2020 están rodeadas de fraude y cuestionó que las mascarillas ayuden realmente a combatir la propagación del coronavirus.
Biden, por su parte, dio respuestas de gran peso político y centró sus ataques en la gestión de la pandemia por parte de Trump, una crisis sanitaria que se ha llevado por delante a 216.000 estadounidenses y golpeado duramente la economía.
El demócrata ha liderado la contienda durante meses, según las encuestas, y no está claro que la postura agresiva de Trump logre alterar la que ha sido una carrera estable a pesar de un torbellino de noticias.
Más de 18 millones de estadounidenses ya han emitido su voto por correo, muchos más que en 2016 en una coyuntura similar, según un recuento del U.S. Elections Project de la Universidad de Florida.
Trump viajará a Florida y Georgia, dos estados que se consideran cruciales para sus posibilidades de victoria, mientras que Biden visitará dos ciudades de Michigan, otro de los estados que se consideran pendulares.
Trump se negó a decir cuándo fue la última vez que dio negativo en el virus antes de anunciar su diagnóstico, una pregunta que los médicos de la Casa Blanca también han rechazado responder.
El segundo debate presidencial estaba programado para el jueves, pero Trump se retiró del evento después de que los organizadores dijeran que este sería virtual para disminuir el riesgo de infección.
Trump, que recibió tratamiento durante varios días en un hospital militar después de haber contraído el virus hace dos semanas, ha vuelto a realizar unos abarrotados mítines de campaña.
Los eventos televisivos del jueves se hicieron en un formato en el que los candidatos recibieron preguntas en directo de los votantes, que en el caso de Trump eran de Miami. Este se negó a decir cuándo fue la última vez que dio negativo en el virus antes de anunciar su diagnóstico, una pregunta que los médicos de la Casa Blanca también han rechazado responder.
Aunque denunció a los supremacistas blancos dos semanas después de no haberlos condenado contundentemente en el primer debate presidencial, no hizo lo mismo con QAnon, un movimiento marginal cuyos acólitos creen que los demócratas son parte de una red mundial de pedofilia.
«Sé que están en contra de la pedofilia, la combaten muy duramente», dijo Trump, antes de afirmar que no sabía nada de la teoría de la conspiración cuando fue presionado por Guthrie.
También cuestionó si los barbijos son eficaces para detener la propagación del coronavirus, contradiciendo el consenso entre los expertos en salud pública, incluidos los de su propia administración.
Por su parte, Biden esbozó ante votantes de Filadelfia sus planes para combatir la pandemia y revivir la economía dando prioridad a los test de coronavirus, financiando a los gobiernos locales y estatales y aumentando drásticamente los impuestos a las corporaciones y a los más ricos. El tercer debate presidencial está programado para el 22 de octubre.
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