La «teoría del loco», así se llama la estrategia que el presidente de EEUU, Donald Trump, busca llevar adelante en política exterior. Pero ¿cómo nació este forma de tratar los asuntos internacionales?
La «teoría del loco» nació en la presidencia de Richard Nixon (1969-1974) cuando el mandatario norteamericano hizo que le mandaran el siguiente mensaje a Vietnam del Norte: «No podemos contenerlo cuando está enojado, y tiene la mano en el botón nuclear» para que creyeran que él era capaz de hacer cualquier cosa con tal de ganar la guerra.
En octubre de 1969, de manera sopresiva, los jefes de las Fuerzas Armadas norteamericanas recibieron la orden de incrementar la preparación para un posible enfrentamiento con la Unión Soviética.
En aviones bombarderos B-52 del Pentágono se colocaron armas nucleares y 18 de ellos partieron de la costa oeste de EE.UU., pasaron por Alaska, volaron por las cercanías de territorio soviético y luego volvieron a Norteamérica.
Se trató de una alerta nuclear que ordenó Nixon y que se realizó en de forma secreta.
En el marco de la Guerra Fría e involucrado en la de Vietnam, el objetivo de Nixon era que sus enemigos creyeran que estaba dispuesto a utilizar la fuerza nuclear.
En este segundo mandato, el republicano busca hacer lo mismo no mediante mensajes de guerra, pero sí a través de la imposición de aranceles.
En un encuentro, previo a las elecciones, que mantuvo con el consejo editorial del Wall Street Journal, el republicano lanzó una dura advertencia respecto a qué podría pasar si el presidente de China, Xi Jinping, llevaba adelante una acción contra Taiwán.
Al ser consultado sobre si usaría la fuerza militar, contestó: «No tendría que hacerlo porque él me respeta y sabe que estoy completamente loco».
Y agregó: «Le diría: si va a Taiwán, lamento hacerlo, pero le cobraré un impuesto (arancel) del 150% al 200%».
Pese a la cercanía y la admiración de Javier Milei por Trump, Argentina no quedó fuera de los aranceles. Nuestro país también deberá abonar el gravamen del 25% por las exportaciones de acero y aluminio. Otras naciones afectadas son: Canadá, México y Brasil.
«Tenemos un pequeño déficit con Argentina, como con todos los países», indicó el líder estadounidense.
Al plantear esta guerra de aranceles, Trump tiene dos objetivos: frenar la inmigración ilegal, una de las políticas principales de su segundo mandato y el tráfico de fentanilo.