Ucrania acusa a Rusia de utilizar bombas de fósforo, un arma incendiaria que, según una convención internacional, no puede usarse contra civiles pero sí contra objetivos militares.
Este artificio, que deja una estela blanca en el cielo, habría golpeado una localidad en la región de Lugansk, según responsables ucranianos de estas zonas del este, informó AFP.
“Rusia jamás ha violado ninguna convención internacional”, declaró este viernes por su parte el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en rueda de prensa.
Las bombas de fósforo blanco se consideran armas incendiarias, cuyo uso está codificado en el Protocolo III de la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales, de 1980 y que entró en vigor desde 1983.
“Queda prohibido en todas las circunstancias atacar con armas incendiarias a la población civil como tal, a personas civiles o a bienes de carácter civil”, reza el protocolo.
FÓSFORO COMO PANTALLA DE HUMO
Además, estas armas están prohibidas contra objetivos militares cuando están cerca de poblaciones civiles. Este protocolo no afecta al fósforo blanco usado como bengala.
Tanto Rusia como Ucrania son firmantes de este Protocolo III desde 1982, en tiempos de las entonces Unión Soviética.
El fósforo puede usarse como pantalla de humo para ocultar los movimientos de las tropas, para iluminar el campo de batalla o para quemar infraestructuras.
Pero puede “causar daños absolutamente horribles, quemaduras gravísimas” en civiles, dijo Olivier Lepick, de la Fundación francesa para la Investigación Estratégica (Fondation pour la Recherche Stratégique), en la cadena LCI.
Las bombas incendiarias empezaron a utilizarse masivamente durante la Primera Guerra Mundial, en paralelo al nacimiento de la aviación militar.
OTRA MUNICIONES
El 31 de mayo de 1915, por primera vez, un dirigible alemán Zeppelin lanza un ataque aéreo con bombas incendiarias sobre Londres.
Obuses de fósforo blanco se utilizaron ampliamente durante la Segunda Guerra Mundial, sobre todo por el ejército de Estados Unidos contra las tropas blindadas alemanas.
Otro famoso tipo de munición incendiaria son las bombas de napalm, a base de combustible gelatinoso e inventadas en 1942.
Estados Unidos lo usó en la guerra de Vietnam contra la guerrilla comunista, dejando un gran número de víctimas civiles. Francia también lo utilizó en la Guerra de Indochina (1946-1954).
Más recientemente, al ejército estadounidense se le acusó de usar bombas de fósforo blanco durante una ofensiva en noviembre de 2004 en Faluya, pese a la presencia de civiles en esta ciudad iraquí considerada como una base de retaguardia de grupos terroristas.
Publicado en cooperación con Newsweek en español