Este jueves, la primera ministra del Reino Unido, Liz Truss, anunció su renuncia al cargo, el cual ocupó por tan solo 45 días, en medio de fuertes cuestionamientos por su programa económico. Sin embargo, lejos de calmar la situación, esto impulsó el pedido de realizar nuevas elecciones generales.
En un breve comunicado desde la sede de, afirmó que iba a dirimir como líder del Partido Conservador y, en consecuencia, como mandataria británica. En ese sentido, seguirá con su mandato hasta la próxima semana, cuando se elija a su reemplazo.
Pese a su corto gobierno, las medidas económicas impulsadas por Truss generaron una crisis puertas adentro del espacio conservador por divisiones, y ahora afronta duros cuestionamientos de los partidos opositores que reclaman elecciones generales y no una interna.
“El Partido Conservador ha demostrado que ya no tiene mandato para gobernar. Después de 12 años de fracaso conservador, el pueblo británico se merece algo mucho mejor que esta puerta giratoria del caos”, expresó el líder del Partido Laborista, Keir Starmer.
Desde este espacio, recriminaron que los últimos gobiernos “establecieron impuestos récord, destrozaron nuestras instituciones y crearon una crisis en el costo de vida”, que llevaron al país a ser “más débil y peor”.
After 12 years of Tory failure, the British people deserve so much better than this revolving door of chaos.
We need a general election, now.
My full statement: pic.twitter.com/NAQz70eVke
— Keir Starmer (@Keir_Starmer) October 20, 2022
“Los conservadores no pueden responder a sus últimos desastres simplemente chasqueando los dedos y barajando a la gente en la parte superior sin el consentimiento del pueblo británico. No tienen mandato para someter al país a otro experimento más; Gran Bretaña no es su feudo personal para funcionar como lo deseen”, dijo.
En la misma línea se manifestó Nicola Sturgeon, primera ministra de Escocia y mandataria del Partido Nacional Escocés (SNP), que también aseguró que las elecciones generales son “un imperativo democrático”.
There are no words to describe this utter shambles adequately. It’s beyond hyperbole – & parody.
Reality tho is that ordinary people are paying the price.
The interests of the Tory party should concern no-one right now.
A General Election is now a democratic imperative.— Nicola Sturgeon (@NicolaSturgeon) October 20, 2022
“No hay palabras para describir adecuadamente este caos total. Está más allá de la hipérbole y la parodia. Aunque la realidad es que la gente común está pagando el precio. Los intereses del partido conservador no deberían preocupar a nadie en este momento”, remarcó en su cuenta de Twitter.
Por su parte, el líder del Partido Liberal Demócrata, mencionó que “no necesitamos a otro primer ministro conservador dando tumbos de crisis en crisis”. “Necesitamos una Elección General ahora y los Conservadores fuera del poder”, agregó.
We don't need another Conservative Prime Minister lurching from crisis to crisis.
We need a General Election now and the Conservatives out of power.
— Ed Davey (@EdwardJDavey) October 20, 2022
ESCOCIA VUELVE A IMPULSAR SU INDEPENDENCIA
En medio de la crisis política, social y económica que transita el Reino Unido, el Partido Nacional Escocés aprovechó la renuncia de Liz Truss para poner en el foco de debate por la independencia del país.
Escocia tuvo un referéndum en el año 2014, pero en aquel entonces ganó el “No” a la independencia por el 55% de los votos. Tras la salida de la primera ministra conservadora, la intención de ir por un nuevo intento comienza a ganar relevancia.
“Westminster no está trabajando para Escocia. Hemos sido ignorados con demasiada frecuencia. Es hora de un nuevo comienzo: elegir un camino diferente y mejor. Como país independiente, el futuro de Escocia estará en manos de Escocia. Juntos, podemos hacer de Escocia el país que todos sabemos que puede ser”, expresan desde el SNP en su página web.
Al respecto de los motivos, señalan que el país cuenta con los recursos para auto sustentarse, mientras critican que el Gobierno del Reino Unido ha tenido una economía “mal administrada” que repercute en la vida de los escoceses.