La embajada de Rusia en Washington ha dicho que Moscú no se dejará influir por las amenazas de sanciones de Estados Unidos por la crisis de Ucrania.
La declaración del lunes siguió a un rencoroso intercambio entre los países en las Naciones Unidas , ya que la posibilidad de que la diplomacia alivie los temores de una invasión de Ucrania liderada por Moscú parecía más lejana que nunca.
La misión dijo en Facebook que «el generador de tensión no es Moscú sino Washington» y que «no vamos a retroceder y permanecer firmes ante la amenaza de sanciones estadounidenses».
Tass dijo que la embajada estaba molesta por un tuit del Departamento de Estado de EE. UU. el lunes, que describió como un «hecho» la declaración de que Rusia «invadió Ucrania en 2014 y ocupó Crimea» y «acumuló más de 100.000 soldados en la frontera».
Pero la embajada rusa reiteró la posición del Kremlin de que los eventos de 2014 siguieron a un «golpe» en Kiev, y que la gente en Crimea había «votado por la reunificación con Rusia», aunque el referéndum al que se refería fue criticado globalmente como ilegítimo.
«Es Estados Unidos el que proporciona a las autoridades ucranianas armas ofensivas modernas», dijo la embajada, alegando que Estados Unidos tenía como objetivo «resolver el problema de Donbass por la fuerza».
Esto se refería al este de Ucrania, donde los separatistas respaldados por Moscú han estado luchando contra las fuerzas respaldadas por Kiev desde 2014, cuando Rusia arrebató Crimea a Ucrania.
La misión también defendió el movimiento de tropas rusas «en nuestro propio suelo» y acusó a EE.UU. de violar «el principio de indivisibilidad de la seguridad» con la colocación de «infraestructura militar cerca de las fronteras rusas».
El mismo día, se intercambiaron duras palabras durante el debate del Consejo de Seguridad de la ONU en el que Moscú acusó a Occidente de «aumentar las tensiones» y dijo que Estados Unidos había llevado al poder a «nazis puros» en Kiev.
El martes, Rusia negó un informe de que Moscú había respondido formalmente a una propuesta de Estados Unidos para reducir la crisis de Ucrania, antes de una llamada telefónica entre el secretario de Estado, Antony Blinken, y el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov.
El Washington Post informó que Moscú había dado una respuesta por escrito a una carta de Estados Unidos que describía cómo la OTAN había rechazado la demanda de Rusia de bloquear la posible membresía de Ucrania.
La solicitud fue parte de las demandas de Moscú de garantías de seguridad que fueron el foco de las conversaciones el mes pasado.
Sin embargo, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia negó que se haya enviado tal carta, y el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo el martes que el presidente Vladimir Putin decidiría por sí mismo cuándo responder. Newsweek se ha puesto en contacto con el Departamento de Estado para hacer comentarios.
A las tensiones se sumó el anuncio del Ministerio de Defensa de Rusia de que sus tropas habían realizado ejercicios militares con lanzagranadas automáticos en Transnistria, la región separatista pro-Moscú de Moldavia.
El presidente del comité de relaciones exteriores del Senado de EE . UU., Bob Menéndez (D-NJ) , dijo que confiaba en que el panel avanzaría un proyecto de ley que impone sanciones más duras contra Rusia.
Sin embargo, tales medidas podrían correr el riesgo de acelerar más represiones en Rusia porque la carga financiera que podrían causar significaría que las autoridades actuarían para mantener el país bajo control.
“Este cambio significará una represión política aún más dura y mucho más amplia que afectará no solo a la política de oposición sino también a los negocios, el periodismo, la cultura y más”, escribió la analista Tatiana Stanovaya en un artículo para el Centro Carnegie de Moscú, que fue compartido por R. Política en Telegram.
«Incluso los partidos de oposición ‘sistémicos’, como el Partido Comunista, no estarán a salvo».
Publicado en cooperación con Newsweek
