Serhi Haidai, gobernador ucraniano de la provincia de Luhansk, que se encuentra ocupada principalmente por Rusia, aseguró que se estaba registrando en la zona la llegada de nuevos refuerzos rusos, lo que abona la teoría de que se está preparando una nueva gran ofensiva para la próxima semana.
«Estamos viendo cómo se despliegan cada vez más reservas rusas en nuestra dirección, estamos viendo cómo traen más equipamiento”, advirtió, y reiteró el pedido de ayuda a los países occidentales, que han comprometido sus tanques de última generación, pero no estarían en el terreno hasta al menos fines de marzo.
De acuerdo al funcionario -visión que coincide con la del Gobierno ucraniano-, detrás de esta nueva ofensiva existen motivos “simbólicos”, ya que Rusia no ha conseguido muchos avances desde el inicio de la invasión, a fines de febrero de 2022. Por lo tanto, en apenas unas semanas se cumplirá el primer año y el Kremlin intentaría mostrar algún tipo de resultado antes de que finalmente llegue la asistencia de Occidente.
Esa demora en los tanques y en los misiles Patriot de los EEUU está retrasando una nueva contraofensiva de Ucrania para recuperar terreno ante las fuerzas rusas, que los superan en número y ya han demostrado que no temen sacrificar hombres (sobre todo reservistas) por apenas unos kilómetros de progreso, como ocurrió en Soledar, en las afueras de Bajmut. Los especialistas creen que todavía faltan meses para que Ucrania vuelva a tomar la iniciativa en el conflicto.
Respecto a los refuerzos, Haidai contó: “Traen munición que se utiliza de forma diferente a la de antes: ya no se bombardea las 24 horas del día. Están empezando a ahorrar poco a poco, preparándose para una ofensiva a gran escala. Lo más probable es que tarden diez días en reunir reservas. Después del 15 de febrero podemos esperar que suceda en cualquier momento».
Por su parte, el ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Reznikov, cuya salida del Gobierno también es inminente, admitió el fin de semana que los datos de los servicios de inteligencia aseveran que cualquier nueva ofensiva provendría del este o del sur. «Su sueño es ampliar el corredor terrestre hacia Crimea para continuar con los suministros. Por lo tanto, por supuesto, los riesgos clave son: el este, el sur, y después de eso el norte», explicó.
Con mayor precisión, el analista de defensa ucraniano Oleksandr Kovalenko afirmó que son cuatro los puntos a través de los cuales podría producirse dicha avanzada: Luhansk, Donetsk, Zaporiyia o la ciudad y el puerto de Mariúpol. «Las cosas son más graves en la región de Donetsk, sobre todo en torno a Bajmut y Avdiivka. Y los rusos van a aumentar allí sus contingentes, así como el equipamiento y los paracaidistas», detalló el experto.
Según trascendió, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, visitaría esta semana Bruselas para participar de una cumbre de la Unión Europea (sería su segundo viaje al extranjero desde el inicio de la invasión, ya que el primero había sido a EEUU en busca de los misiles Patriot), y allí reiterará el pedido de mayor celeridad en el envío de tanques, armas y equipos, además de presentar los posibles cambios en su Gabinete para mostrar una mayor transparencia en el manejo de los fondos de asistencia.
(Con información de Reuters)
