Luego de que EEUU, Alemania y Polonia confirmaran en envío de tanques de guerra a Ucrania para contribuir a su defensa, Rusia intensifica sus ataques para consolidar su primer avance en el terreno en seis meses.
Este jueves por la mañana en Europa, altos funcionarios ucranianos informaron haber detectado numerosos ataques con misiles y drones por parte de las fuerzas rusas, especialmente en el área de Kiev. Además, señalaron que varios de estos ataques fueron interceptados por las armas defensivas, lo cual redujo los potenciales daños.
«Los primeros misiles rusos han sido derribados», confirmó Andriy Yermak, jefe de la oficina del presidente Volodímir Zelenski, quien detalló que se logró derribar a 24 aviones no tripulados, 15 de ellos en el área de la capital, mientras la población permanecía refugiada.
En octubre Ucrania puso en marcha una contraofensiva que fue desplazando a los invasores rusos hasta la margen oriental del río Dniéper, y Rusia se reagrupó allí, desde donde comenzó a lanzar interminables bombardeos sobre las infraestructuras de energía y agua, de cara al invierno.
Tras meses de estancamiento, Moscú comenzó a avanzar hacia Bajmut, en el este del país, una importante ciudad desde la cual intentarían tomar el control de toda la región del Donetsk. Y el primer paso fue la toma de Soledar, una pequeña localidad minera completamente destruida. Para capturarla, Rusia sacrificó una gran cantidad de hombres, hasta que Ucrania se replegó y plantó su defensa en las calles de Bajmut
Esta avanzada fue la primera lograda por las fuerzas rusas en al menos seis meses, y Kiev entiende que es solo una parte de la estrategia, cuyo paso siguiente sería una nueva incursión desde el norte, a través de la frontera con Bielorrusia, aliado político y militar de Rusia.
Por esa razón, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, insistió a Occidente con la necesidad de que le enviaran más y mejor equipamiento y armamento, empezando por el sistema de defensa aérea Patriot (el mejor del mundo), que EEUU ya le entregó con bombos y platillos en Washington. Y luego, los tanques Leopard 2, de Alemania, que están distribuidos por toda Europa.
Los Leopard 2 son considerados “fáciles de manejar” (lo cual resulta clave por el poco tiempo que hay para entrenar a sus conductores) y de última generación. Hasta ahora, Ucrania y Rusia venían utilizando los T-72, que son tecnología de la era soviética.
Pero Alemania demoraba su entrega, temiendo posibles represalias. Garantizado el apoyo de la OTAN y confirmada la decisión de EEUU de enviar sus M1 Abrams (mucho más complejos), finalmente se anunció el envío de una compañía de Leopard 2 (14 tanques). Los tanques son piezas centrales para los desplazamientos terrestres.
El presidente estadounidense, Joe Biden, dijo que estos tanques no suponen “ninguna amenaza” para Rusia. Pero en el Kremlin no están de acuerdo con esa afirmación. Serguéi Nechayev, embajador de Rusia en Alemania, aseveró: “Esta decisión extremadamente peligrosa lleva el conflicto a un nuevo nivel de confrontación”. E incluso advirtió que podría generar “una catástrofe”.
Ahora se espera que también envíen sus tanques Finlandia, Noruega, España y Países Bajos, todos ellos con Leopard 2. Pero Reino Unido enviaría sus Challenger; y Francia, sus Leclerc.
Mientras tanto, en Bajmut, los combates se intensifican en las calles. Como se indicaba, las fuerzas ucranianas sostienen que Rusia intenta “capturar toda la región de Donetsk, independientemente de sus propias bajas”. En esta zona, que es el corazón industrial de Ucrania, están operando principalmente las tropas de Wagner, la empresa de mercenarios rusos, propiedad de un aliado de Putin.
Donetsk junto a Luhansk conforman la región del Dombás, buena parte de la cual se encuentra hoy bajo control ruso. De hecho, se teme que la mayor ofensiva rusa se produzca a partir del reagrupamiento en Luhansk.
