Pese a las tensiones con Ucrania, este jueves Rusia reinició el suministro de gas a través de un importante gasoducto que atraviesa Ucrania, desde Rusia hacia Europa. En un contexto de temor luego de 10 días de cierre por mantenimiento no lo reabriera y a que Moscú utilice sus vastas exportaciones de energía para hacer frente a la presión de Occidente por su invasión de Ucrania, el gas natural volvió a fluir.
«A la vista del 60% (de capacidad) que falta y de la inestabilidad política, no hay razón todavía para dar el visto bueno», escribió en Twitter Klaus Mueller, presidente del regulador de la red alemana.
La reanudación del gasoducto Nord Stream 1 a una capacidad reducida, alrededor de un 40% de su capacidad, se produce después de que el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia indicara que los objetivos del Kremlin se habían ampliado en la guerra iniciada hace cinco meses. Serguéi Lavrov, “las tareas militares de Rusia en Ucrania van ahora más allá de la región oriental del Dombás”.
Además, Lavrov advirtió que los objetivos del Kremlin se ampliarán aún más si Occidente sigue suministrando a Kiev armas de largo alcance, como los sistemas de cohetes de artillería de alta movilidad (HIMARS) de fabricación estadounidense. «Eso significa que las tareas geográficas se extenderán aún más desde la línea actual», dijo, añadiendo que las conversaciones de paz no tienen sentido en este momento.
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, declaró posteriormente a RIA que Moscú no cierra la puerta a las conversaciones con Kiev a pesar de los comentarios de Lavrov.
Como el flujo está lejos de la capacidad máxima del gasoducto Nord Stream 1, los temores de la Unión Europea por la posibilidad que haya escasez de gas el próximo invierno, a partir de diciembre, no se disipa. No obstante, este miércoles las autoridades europeas pidieron a los Estados miembros que reduzcan el consumo de gas en un 15% hasta marzo como medida de emergencia.
«Rusia nos está chantajeando. Rusia está utilizando la energía como un arma«, dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, describiendo un corte total de los flujos de gas ruso como «un escenario probable» para el que «Europa tiene que estar preparada«.
Rusia, el mayor exportador de gas del mundo, negó las acusaciones de Occidente de utilizar sus suministros energéticos como herramienta de coerción, diciendo que ha sido un proveedor de energía fiable. En cuanto a su petróleo, Rusia no enviará suministros al mercado mundial si se impone un tope de precios por debajo del coste de producción, según citó el miércoles la agencia de noticias Interfax al vice primer ministro Alexander Novak.
Moscú ha criticado las sanciones impuestas por la UE y Estados Unidos a Rusia por su invasión de Ucrania el 24 de febrero y la ayuda militar a Kiev, diciendo que tuvo que emprender lo que califica de «operación militar especial» para evitar que la OTAN utilizara a Ucrania para amenazar a Rusia.