El viernes 24 de febrero se cumplirá un año del inicio de la invasión de Rusia a Ucrania, que el Kremlin denominó “operación militar especial” y derivó en la anexión rusa de cuatro regiones ucranianas y la amenaza de que un conflicto local se convierta en una guerra mundial.
Esto último se debe a la posibilidad de que se esté iniciando una nueva carrera en el desarrollo de armas nucleares, tras las reiteras amenazas de Vladimir Putin, quien ha sostenido el derecho de Rusia a utilizar armas nucleares para defenderse de la OTAN, a la que acusa de poner en riesgo la soberanía e incluso la “existencia” rusa.
Mientras el presidente de los EEUU, Joe Biden, visitaba Kiev por sorpresa y luego marchaba a Varsovia a reunirse con la OTAN, el Parlamento ruso votó el retiro de Rusia del tratado START, el único pacto vigente de control y no proliferación de armas nucleares, el cual vence en 2026.
El nuevo tratado START limita a 1.550 la cantidad de cabezas nucleares que cada país puede despegar y establece un sistema de inspecciones mutuas entre Rusia y EEUU. Sin embargo, ese acuerdo firmado en 2010 no se cumple plenamente desde 2020: primero, por la pandemia se suspendieron las inspecciones y se definió un sistema de informes detallados; y en los últimos meses se vienen suspendiendo los distintos encuentros para retomar la agenda y ratificar el pacto.
Este miércoles, el Gobierno ruso aseguró que si la OTAN y EEUU desean que Moscú vuelva al START debería mostrar “un cambio de postura”. Rusia viene acusando a Washington de intentar imponerle una “derrota estratégica” en Ucrania y desde hace un año repite que el verdadero enemigo es la OTAN.
Todo dependerá de la posición de Occidente. Cuando haya voluntad de tener en cuenta nuestras preocupaciones, entonces la situación cambiará», advirtió el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, acercar de cuáles serían las condiciones para que Rusia vuelva al acuerdo nuclear.
En tanto, el viceministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Ryabkov, aseveró: “Seguiremos de cerca las nuevas acciones de EEUU y sus aliados, incluso con vistas a tomar nuevas contramedidas, si es necesario”.
En respuesta, ante miles de personas reunidas en el centro de Varsovia (allí se reunió con los “Nueve de Bucarest”, los países del flanco oriental de la OTAN), Biden pidió oponerse a los “autócratas”, en referencia a Putin, a quien criticó por la decisión de retirarse del acuerdo, advirtiendo que eso le permitiría retomar las pruebas nucleares
“Cuando Rusia invadió, no solo se puso a prueba a Ucrania. El mundo entero se enfrentó a una prueba histórica. Dijimos que la defenderíamos. Sí, defenderíamos la soberanía. Y lo hicimos. Sí, defenderíamos el derecho de las personas a vivir libres de agresiones. Y lo hicimos. Y defenderíamos la democracia. Y lo hicimos. No debe haber ninguna duda: Nuestro apoyo a Ucrania no vacilará, la OTAN no se dividirá y no nos cansaremos».
En coincidencia, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, había afirmado el martes que la medida rusa era «profundamente desafortunada e irresponsable».
Pero, ¿qué es lo que exige Rusia para volver al START? En principio, uno de los mayores pedidos es que Reino Unido y Francia entren al pacto de control. «Evidentemente, prestaremos especial atención a la línea y a las decisiones que tomen Londres y París, que ya no pueden considerarse, ni siquiera hipotéticamente, al margen del diálogo ruso-estadounidense sobre el control de armas nucleares», explicó Ryabkov.
Para EEUU esa no sería actualmente una opción viable, ya que Washington viene defendiendo que todos los acuerdos se tracen de manera bilateral con Moscú, aunque luego las amenazas de respuesta contra Rusia se realicen de manera conjunta con la OTAN y los países europeos.
Todavía más allá, el portavoz de la Duma Estatal rusa, Vyacheslav Volodin, aseguró en un comunicado: “Al dejar de cumplir sus obligaciones y rechazar las propuestas de nuestro país en materia de seguridad mundial, Estados Unidos destruyó la arquitectura de la estabilidad internacional».
La OTAN podría sumar en breve también a Finlandia y Suecia, y Putin había advertido que si eso sucediera lo consideraría “una amenaza existencial”, lo cual justificaría el uso de armas nucleares. Sin embargo, el Kremlin sostuvo que por el momento no analiza incrementar el número de cabezas, aunque si parece haber movilizado submarinos nucleares de gran poder, uno de los cuales incluye al misil Poseidon, al que en Rusia llaman “el Arma del Apocalipsis”, por su gran autonomía y la imposibilidad de ser detectado, generando al impactar un tsunami radioactivo que puede destruir de manera casi total una ciudad costera, con un impacto ambiental y sanitario que puede durar años.
«Pretenden transformar un conflicto local en una fase de confrontación global», afirmó Putin, y concluyó: «Así es exactamente como lo entendemos todo y reaccionaremos en consecuencia, porque en este caso estamos hablando de la existencia de nuestro país«.
(Con información de Reuters)