Mientras continúan las acciones de su “operación militar especial” en Ucrania, Rusia también sigue potenciando su arsenal nuclear, manteniendo latente la amenaza sobre el país invadido y el riesgo de una escalada global.
La agencia oficial TASS informó, citando a fuentes reservadas de Defensa, que el país ha fabricado las primeras ojivas nucleares para los supertorpedos Poseidón, que se desplegarán en el submarino nuclear Bélgorod.
El proyecto Poseidón había sido anunciado por Vladimir Putin en 2018, cuando lo presentó como un nuevo tipo de misil que se alimenta de energía nuclear, lo que le otorga mayor poder y alcance, lo hace más económico. En un principio se lo conoció como “el arma del Apocalipsis” y hasta se dijo que podía provocar tsunamis.
Puede viajar hasta 10.000 kilómetros con autonomía, casi sin ser detectado, pero ¿puede generar tsunamis? Aunque esta afirmación es algo exagerada, sí tiene la capacidad de explotar bajo el mar generando olas de gran poder, destruyendo poblaciones costeras con grandes masas de agua y radioactividad. Y su impacto, por esta razón es de largo plazo, ya que afecta sus recursos y genera lluvias radioactivas sobre toda el área de influencia.
Se trata de una de las armas más temidas por la OTAN, que incluso cree que Rusia está esperando la oportunidad para ponerla a prueba. De hecho, funcionarios han sugerido que sus pruebas pudieron haber estado vinculadas a los sabotajes del gasoducto de Nord Stream, en el Báltico, donde podrían haber sido puestos en funcionamiento sin carga nuclear.