Esta semana circuló en las redes sociales un video en el que un grupo de soldados rusos decapitan con un cuchillo a un prisionero ucraniano, al que se le ve el típico brazalete amarillo de las tropas de Ucrania.
El video se volvió viral muy rápidamente a pesar de que su autenticidad no pudo ser probada todavía, y luego fue eliminado por las imágenes violentas que contenía. Pero ya era tarde, porque habían logrado dar la vuelta al mundo y llegar a las máximas autoridades.
Este miércoles, incluso el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, se refirió a esa grabación y su Gobierno comparó a Rusia con el Estado Islámico, que durante la década pasada llevó adelante numerosas ejecuciones mediante decapitaciones en Irak y Siria que eran filmadas y difundidas a los medios de todo el mundo.
«Hay algo que nadie en el mundo puede ignorar: con qué facilidad matan estas bestias», aseguró Zelenski, y agregó: “Habrá responsabilidad legal para todo. Es necesaria la derrota del terror”.
En ese mismo sentido, el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, escribió en Twitter: «Circula por internet un vídeo espantoso de tropas rusas decapitando a un prisionero de guerra ucraniano. Es absurdo que Rusia, que es peor que ISIS, presida el Consejo de Seguridad de la ONU. Los terroristas rusos deben ser expulsados de Ucrania y de la ONU y rendir cuentas por sus crímenes». Rusia tiene la presidencia rotativa desde hace un mes.
Por el momento, Rusia no se refirió al tema, pero desde el inicio del conflicto ha negado estar cometiendo crímenes de guerra en Ucrania, señalando, por el contrario, que quien sí los está cometiendo es Ucrania.
Mientras tanto, la agencia de seguridad nacional de Ucrania (SBU) abrió una investigación sobre esta presunta ejecución sumaria con métodos de tortura.
Crímenes de guerra: ¿Putin está atacando a civiles en Ucrania?