Dominique Pelicot, el hombre de 71 años acusado de drogar a su esposa para que decenas de hombres puedan violarla, declaró por primera vez ante el tribunal de Aviñón en el juicio en su contra y admitió los hechos.
“Soy un violador, como todos los acusados en esta sala”, expresó el hombre, cuya exposición ante la Justicia será clave para los otros 50 hombres imputados acusados de haber mantenido sexuales con Gisèle Pelicot mientras ella estaba inconsciente.
Según Dominique, quien durante casi 10 años le dio somníferos a su esposa para violarla junto a desconocidos, todos los que participaron del hecho “sabían su estado antes de su llegada”. “Lo sabían todo, no pueden decir lo contrario”, aseguró.
Además, remarcó que “no busqué a nadie, ellos vinieron a buscarme”. “Me preguntaron y dije que sí. Ellos aceptaron, ellos vinieron. No esposé a nadie para que viniera a mi casa”, reveló.
Este testimonio es importante en la causa, ya que varios de los 50 acusados se defendieron remarcando que ellos no tenían conocimiento que la mujer estaba inconsciente. Algunos incluso consideraron que era un “fetiche” de la pareja, y que con el permiso de su marido alcanzaba para que sea algo consensuado.
Pelicot declaró no solo frente a su víctima, sino también ante sus hijos, y dijo que se está arrepentido no sólo de lo hecho a Gisèle, sino también de haber incentivado a Jean-Pierre Maréchal, otro hombre que repitió su modus operandi con su propia esposa.
“Soy culpable de lo que he hecho. Espero que mi mujer, mis hijos, mis nietos y la señora M. puedan perdonarme. Me arrepiento de lo que he hecho, pido perdón aunque no sea perdonable”, reconoció.
“GISÈLE ERA UNA SANTA”
En su declaración ante un grupo de psicólogos, Dominique Pelicot definió a su esposa como “una santa” que cambió su vida, ya que había crecido con unos padres “muy duros” e incluso había sufrido hechos traumáticos como una violación a los 9 años por parte de un enfermero.
“Fui muy feliz con ella. Era lo contrario a mi madre, completamente insumisa”, expresó. Al respecto, reconoció que aunque nunca consideró a su mujer como un objeto, “los vídeos muestran lo contrario”.
“La amé 40 años y la amé mal 10 años. Nunca debí hacer eso. Lo arruiné todo. Perdí todo. Debo pagar por ello”, admitió Pelicot.
Por su parte, Gisèle se mostró conmocionada por sus declaraciones. “Es difícil para mí escuchar todavía hoy que era consciente que había cometido esos actos de violación y barbarie en mi contra”, expresó.
“En 50 años, he vivido con un hombre… No podía imaginar ni un solo segundo que podría haber cometido actos de violación”, afirmó la mujer.
