Begoña Gómez, mujer del presidente español Pedro Sánchez, se presentó ante la Justicia luego de meses en silencio y en medio de una catarata de acusaciones por diversos delitos.
En esta ocasión, y a diferencia de sus comparecencias anteriores, decidió responder únicamente a las preguntas de su abogado. Este cambio estratégico marca un punto de inflexión en el caso, ya que previamente había optado por acogerse a su derecho a no declarar.
Su intervención, de aproximadamente 35 minutos, giró en torno a su presunta participación en un controvertido proceso de contratación en la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
El juez investiga si Gómez incurrió en apropiación indebida e intrusismo laboral al firmar los pliegos para la contratación de una plataforma basada en un software desarrollado por Indra, Telefónica y Google.
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Según la querella presentada, la asociación Hazte Oír acusa a Gómez de haberse atribuido funciones para las cuales no estaba autorizada. La defensa, por su parte, presentó un correo electrónico como prueba de que la universidad solicitó explícitamente su firma en los documentos clave de este proyecto tecnológico.
Este programa, valorado en unos 150.000 euros y desarrollado inicialmente para la Cátedra de Transformación Social Competitiva de la UCM, habría sido registrado a nombre de Gómez, según sostiene la investigación. Empresas como Indra confirmaron inversiones significativas en su desarrollo, lo que refuerza la sospecha de una posible apropiación indebida de recursos destinados a fines académicos.
El auto judicial también señala la presunta redacción y elaboración, por parte de Gómez, de los pliegos técnicos para la contratación del servicio de asesoría tecnológica, algo que excedería sus competencias. Este hecho ha llevado a Peinado a vincularla con un posible delito de intrusismo profesional.
Mientras tanto, la instrucción continúa avanzando, dejando en el aire si Gómez optará por seguir declarando en futuras audiencias o se mantendrá en silencio, como lo hizo en citas previas.