Igor Kirillov, jefe de la defensa radiológica, química y biológica del Ejército de Rusia, fue asesinado este martes en un atentado en Moscú, el cual fue reivindicado por parte de Ucrania.
Según informó el Comité de Investigación de Rusia, el alto mando militar, de 54 años, murió por un “artefacto explosivo colocado en un scooter” ubicado en la entrada de su vivienda que fue detonado cuando salía de la misma. Junto a él se encontraba su asistente, quien también falleció.
El Departamento Principal de Investigación del Comité de Investigación de Rusia inició una causa penal, en la que investigan los delitos de asesinato, acto terrorista, tráfico ilegal y producción de explosivos.
Sin embargo, una fuente del Servicio de Seguridad Estatal (SBU) ucraniano aseguró que el atentado en el que murió Kirillov fue una “operación especial” llevada a cabo por Ucrania.
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“Kirillov era un criminal de guerra y un objetivo totalmente legítimo, ya que dio órdenes de utilizar armas químicas prohibidas contra el ejército ucraniano. Un final tan ignominioso aguarda a todos los que matan a ucranianos. El castigo por los crímenes de guerra es inevitable”, expresó dicha fuente a la agencia de noticias Ukrinform.
Este lunes 16 de diciembre, el SBU acusó al militar ruso de ser responsable del “uso masivo de armas químicas prohibidas por parte de la Federación Rusa contra las Fuerzas de Defensa en los frentes este y sur de Ucrania”.
De acuerdo al documento, hubo 4.800 muertos desde el comienzo de la guerra “por orden de Kirillov”, por el uso de armas químicas como granadas con “sustancias venenosas”.