Desde el comienzo de la invasión de Rusia a Ucrania, hace un año, millones de ucranianos se vieron obligados a desplazarse de su tierra para escapar de la guerra y salvar su vida. Muchos se trasladaron a otros países de Europa, pero un puñado de ellos encontró su lugar en la Argentina.
A lo largo de la historia, el país se convirtió en un territorio donde los ucranianos encontraron un resguardo, conformando una importante comunidad: según se estima, representan el 1% de la población total argentina, y es una de las más grandes fuera de Ucrania.
Tras el comienzo de la invasión por parte de Rusia, alrededor de 300 ucranianos han llegado a estas tierras, aunque la mayoría lo hizo por tener aquí familias de acogida, ya sea por ser familiares o conocidos.
“Los que vinieron son en su mayoría mujeres con niños. Los varones no pueden salir, salvos los que tienen edad avanza”, contó a Newsweek Argentina Jorge Danylyzsyn, presidente de la Asociación Ucrania de Cultura Prosvita.
En ese sentido, explicó que el motivo por el cual no hubo una oleada mayor de ucranianos hacia Argentina es porque el país no cuenta con las mismas facilidades que Europa y otros países en cuanto a la asistencia de refugiados.
“Allá ganan una suma en euros, tiene garantía alimentaria y de alimento, que acá no se puede otorgar. Además, es importante la cercanía, cuando pueden retornar es más rápido. Amén de los costos de los pasajes de avión”, agregó.
Foto: PROSVITA
Si bien comentó que hay algunas parejas que lograron escapar de la guerra y decidieron establecerse en el país por contar con trabajos remotos que pueden desempeñar desde acá, el principal anhelo de los ucranianos es volver a su país natal.
“Muchas de las mujeres están esperanzadas en retornar lo antes posible. Los ucranianos quieren volver a Ucrania. Hubo 6 millones que se movilizaron en el comienzo del conflicto, y ya hay 4 millones regresaron”, explicó Danylyzsyn.
Por otro lado, remarcó que además de la necesidad de volver porque “no soportaron estar lejos de sus familiares” en este difícil momento, para muchos de los desplazados en Argentina también tuvo un impacto el choque cultural.
Al respecto, remarcó el rol que tuvo Prosvita no solo para enseñar el idioma español, sino también para acercar la cultura a aquellos que llegaban al país: “Ellos al venir a practicar con nuestro coro o traer a los chicos a la escuela se sienten contenidos, como en casa, y eso lo agradecen. Hay una chica que vive cerca de La Plata y nos dice ‘ustedes no saben lo que es para mí venir un sábado a cantan canciones’. A pesar de que están en un mundo ajeno, es como estar en casa”.
“VIVIMOS CON MUCHA ANGUSTIA”
Jorge Danylyzsyn es hijo de descendientes ucranianos. Y aunque al igual que muchos de los que forman parte de la comunidad nacieron y se criaron en este país, el comienzo del conflicto significó mucho para ellos.
“Vivimos con mucha angustia y mucha bronca, porque vuelve a repetirse una historia que creíamos estaba superada”, lamentó el presidente de la Asociación Ucrania de Cultura Prosvita.
Y explicó: “Ucrania de alguna manera siempre ha sido un campo de conflicto regionales. Creíamos que a partir de la independencia se había aquietado, pero Rusia volvió a mostrar su espíritu imperialista. De alguna manera quiere volver, y lo manifiesta, a sus glorias imperiales. Eso implica volver a sojuzgar a Ucrania”.
Sobre el mandatario de Rusia, Vladimir Putin, aseguró que es un “criminal de guerra”. “Basta mirar la información que está llegando, como ha tratado el ejército ruso a la población civil, como han violado, destrozado, matado, torturado”.
En medio de los llamados de paz de todo el mundo, Danylyzsyn afirmó que el fin del conflicto puede darse en cualquier momento, solo que “depende de Rusia” tomar esa decisión.
“Ellos invadieron otro país. Si se van y retiran sus tropas, el problema está resuelto. Ucrania no invadió, se está defendiendo. Si el que invadió se va, la paz llega rápidamente. Si quiere sostener la situación, quiere llevarse a los chicos ucranianos para reeducarlos en campos de concentración, obviamente lo que va a encontrar es resistencia, coraje, lucha, porque estamos defendiendo lo que es nuestro”, resaltó.
Mientras continúa la guerra, desde Argentina la comunidad ucraniana ha llevado varias acciones solidarias junto al cineasta Enrique Piñeyro y su ONG Solidaire, y los Cascos Blancos dependiente de Cancillería.
Foto: PROSVITA
“Cuando se disparó la ayuda, la comunidad se juntó para brindar ayuda humanitaria”, contó Danylyzsyn. En total, fueron 12 los viajes que se realizaron a Ucrania con 15 toneladas de alimentos, ropa, bicicletas para discapacitados, entre otros elementos de primera necesidad.
A esto se sumó el compromiso de argentinos y ucranianos que residían en el país, quienes decidieron sumarse como voluntarios al frente de batalla para confrontar a las tropas rusas. Uno de ellos, cayó en combate.
Por otro lado, desde Prosvita han enviado cartas al Gobierno nacional solicitando la condena del Gobierno a Rusia y la solidaridad con Ucrania. “Lamentablemente además de aquellas expresiones verbales y alguna decisión de algún voto a favor en la ONU, no hemos tenido una respuesta”, dijo.
