Su administración ya enfrenta una investigación por reclamos de que retuvo datos sobre muertes en hogares de ancianos relacionadas con COVID. Pero la lucha del gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, por su futuro político se volvió aún más difícil después de que una tercera mujer lo acusó de hacer insinuaciones sexuales no deseadas.
Cuomo, de 63 años, quien había blandido una imagen nacional de que estaba liderando a su estado a través de la pandemia de coronavirus, ahora está bajo escrutinio del Partido Demócrata por supuestamente ocultar el número real de muertes relacionadas con COVID en residencias estatales.
La procuradora general del estado de Nueva York, Letitia James, informó que la administración de Cuomo había subestimado por miles las muertes relacionadas con el COVID de residentes de hogares de ancianos estatales.
El New York Post informó que una de las ayudantes de Cuomo, Melissa DeRosa, admitió no reportar el número de muertos para evitar que el Departamento de Justicia (DOJ) persiga la administración del gobernador.
Mientras tanto, el asambleísta demócrata Ron Kim, quien encabezó los reclamos de hogares de ancianos y pidió la renuncia de Cuomo, dijo a CNN que el gobernador lo llamó y dijo que amenazaría su carrera si no «encubría» lo que había dicho el asistente.
AÚN MÁS ACUSACIONES
La presión sobre el gobernador aumentó cuando tres mujeres en rápida sucesión hicieron denuncias de acoso sexual.
La ex asistente Lindsey Boylan, de 36 años, acusó por primera vez al gobernador de acoso sexual en un tweet en diciembre pasado y el viernes pasado dio más detalles en una publicación en el sitio web Medium. Ella contó cómo mientras trabajaba para el gobernador, se había enfrentado a insinuaciones sexuales no deseadas.
Estos supuestamente incluyeron que le pidieran jugar «strip poker» mientras estaba en un avión de propiedad estatal en 2017 y en otra ocasión, él le dio un beso no deseado en los labios cuando ella salía de la oficina. Ella dijo en su publicación que Cuomo había «creado una cultura dentro de su administración en la que el acoso sexual y la intimidación son tan generalizados que no solo se tolera sino que se espera».
Reforzando esas afirmaciones estaba Charlotte Bennett, de 25 años, ex asistente de Cuomo, quien dijo que el gobernador la incomodaba con preguntas sobre su vida sexual y si consideraría salir con un hombre mayor. «Comprendí que el gobernador quería acostarse conmigo y me sentí terriblemente incómodo y asustado», dijo Bennett a The New York Times.
Otra mujer, Anna Ruch, de 33 años, también le contó a The Times sobre supuestos avances sexuales. Dijo que se había reunido con el gobernador en una boda en septiembre de 2019, donde él le puso la mano en la espalda expuesta y ella se apartó. «Estaba tan confundida, conmocionada y avergonzada», le dijo al periódico.
Después de las últimas acusaciones de Ruch, la representante Kathleen Rice se convirtió en la primera demócrata en la delegación del Congreso de Nueva York en pedir la renuncia de Cuomo y tuiteó: «Ha llegado el momento. El gobernador debe renunciar».
Newsweek se puso en contacto con la oficina de Cuomo para hacer comentarios. Después de la primera queja de Boylan sobre su comportamiento, el gobernador dijo que «simplemente no es cierto», y su oficina repitió la negativa después de su publicación en Medium.
Después de las acusaciones de Bennett, Cuomo dijo en un comunicado que nunca había hecho avances hacia ella «ni tuve la intención de actuar de ninguna manera que fuera inapropiada».
El domingo, sin abordar reclamos específicos, el gobernador se disculpó por cualquier comportamiento que ofendiera a alguien. «Reconozco que algunas de las cosas que he dicho han sido malinterpretadas como un coqueteo no deseado. En la medida en que alguien se sintió así, lo lamento mucho», dijo en un comunicado.
Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek
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