La Universidad de California pagará casi 250 millones de dólares a 203 mujeres que afirman haber sido abusadas por el ginecólogo escolar, informaron autoridades este martes.
El doctor James Heaps estuvo adscrito a la sede de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) durante 35 años. Ahí atendió a miles de pacientes. Centenas de demandas afirman que la UCLA deliberadamente escondió los casos de abuso sexual de los pacientes. También indican que permitió que Heaps continuara teniendo acceso a las víctimas durante años.
En un acuerdo archivado en un tribunal de Los Ángeles, la universidad accedió a pagar 243,6 millones de dólares a 203 mujeres que afirman haber sido abusadas por Heaps. El médico enfrenta 21 cargos de abuso sexual contra siete mujeres.
“El supuesto comportamiento de Heaps es reprochable y contraría los valores de la Universidad”, afirmó un comunicado de la Universidad de California.
“Nuestra principal y más importante obligación será siempre con las comunidades que servimos. Y esperamos que este acuerdo sea un paso adelante que contribuya a que las denunciantes puedan sanar y cerrar ciclos”.
“Admiramos el coraje de las denunciantes”, continuó el texto.
El acuerdo sigue a otro firmado por la Universidad de Michigan. Esta se comprometió a pagar 490 millones de dólares a cientos de estudiantes y atletas abusadas sexualmente por el doctor universitario Richard Anderson.
La Universidad estatal de Michigan, igualmente, alcanzó un acuerdo millonario con 300 personas abusadas por el doctor Larry Nassar, quien también atendió a integrantes del equipo femenino de gimnasia olímpica de Estados Unidos.
La Universidad del Sur de California anunció en marzo del año pasado que había alcanzado tres acuerdos por 1.100 millones de dólares con cientos de estudiantes abusadas sexualmente por un ginecólogo escolar.
Desde Hace cinco años, la UCLA está bajo el fuego por cómo manejó las acusaciones que salieron a la luz por primera vez en 2017. La universidad recibió la primera queja contra el médico en ese entonces y lo retiró de la práctica, pero no fue sino hasta 2019 que publicó por qué lo suspendió.
Cuando la institución investigó una queja de una mujer sobre toques y comentarios inapropiados de parte de James Heaps, encontró que otras dos pacientes, una de los cuales era estudiante en ese momento, habían hecho quejas similares en 2014 y 2015, respectivamente.
Una de las acusadoras dijo que, durante un examen en 2017, Heaps le tocó las nalgas cuando le examinó la parte baja de la espalda y le tocó los senos de manera inapropiada. La otra paciente también acusó a Heaps de tocarla inapropiadamente.
En ese momento, la abogada de Heaps, Tracy Green, respondió que todo el contacto físico era médicamente necesario. “Todo se hizo por una razón médica”, indicó Green. “Estas son acusaciones infundadas. Fue un oncólogo ginecológico respetado, talentoso y minucioso que siempre trató a sus pacientes con dignidad y respeto”.
Publicado en cooperación con Newsweek México