El anuncio de la suspensión temporal de las pruebas clínicas de la vacuna contra el coronavirus que desarrollan la universidad de Oxford y AstraZeneca, hecho el martes, hizo énfasis en el carácter “rutinario” de la medida.
“Esta es una acción de rutina que tiene que darse siempre que haya una enfermedad potencialmente inexplicable en uno de los ensayos”, aseguró la portavoz de la farmacéutica, Michelle Meixel, en un comunicado.
“En pruebas a gran escala habrá enfermedades por casualidad, pero deben revisarse de forma independiente para verificar esto con cuidado”, insistió la vocera. Y hasta las autoridades de salud de México -uno de los países llamados a participar en la fabricación de la vacuna- pidieron no sacar las cosas de proporción como producto del anuncio.
Es demasiado pronto para saber si los problemas de salud del voluntario que participaba en los ensayos clínicos en Reino Unido fueron producto de la vacuna.
“Quiero dejar claro, no hay que anticipar vísperas, no empezar a especular sobre la seguridad, en general de las vacunas, y en particular de esta que está involucrada porque no tenemos la información correspondiente”, dijo el subsecretario de salud mexicano Hugo López Gatell.
Y, efectivamente, todavía es demasiado pronto para saber si los problemas de salud que motivaron la hospitalización del voluntario que participaba en la fase tres de los ensayos clínicos en Reino Unido fueron provocados por la vacuna.
Según The New York Times, el voluntario fue diagnosticado con mielitis transversa, un síndrome inflamatorio que afecta la médula espinal y puede ser causada por infecciones virales, pero también por otros trastornos de la mielina, como la esclerosis múltiple.
Esto todavía no ha sido confirmado por AstraZeneca, que insistió en que “la situación está siendo investigada por un comité independiente y es demasiado pronto para concluir el diagnóstico específico”.
Según The New York Times, el voluntario fue diagnosticado con mielitis transversa, un síndrome inflamatorio que afecta la médula espinal.
Y el carácter “rutinario” de este tipo de medidas también fue estacado por el corresponsal en temas de salud de la BBC, Fergus Walsh, quien informó que esta es de hecho la segunda pausa en los ensayos de Oxford y AstraZeneca “desde que los primeros voluntarios fueron inmunizados en abril”.
¿Motivo de preocupación? “A primera vista, puede parecer alarmante: un ensayo de una vacuna -y no cualquier vacuna, sino una que recibe una grandísima atención mundial- se pospone debido a una sospecha de reacción adversa grave”, reconoció Walsh. “Pero tales eventos no son inauditos“, destacó el periodista de la BBC.
Esta es la segunda interrupción de los ensayos clínicos de la vacuna de AstraZeneca. “Cuando se tienen más de 18.000 adultos en pruebas en todo el mundo, en algún momento alguien se va a enfermar. Y si hay alguna duda (acerca de las causas) lo correcto es hacer una pausa e investigar”, explicó Walsh.
Y en lo mismo insistió Sir Jeremy Farrar, un experto en control de enfermedades infecciosas y director del Wellcome Trust, una organización benéfica de investigación biomédica con sede en Londres. “Yo he sido tanto un investigador como un participante en este tipo de pruebas de vacunas, y a menudo hay pausa. Pero para mí esto solo subraya lo importante que es que este tipo de ensayos se hagan correctamente, que haya supervisión independiente y que podamos confiar en los reguladores”, le dijo a la BBC.
¿En qué consiste la fase 3 de los ensayos clínicos de una vacuna y por qué es tan crucial? “Sí, las pausas son comunes, pero tenemos que tomarlas en serio. Cada una de estas pausas debe ser tomada en serio”, insistió.
Las grandes farmacéuticas se han comprometido a mantener los más altos estándares éticos y científicos. Por lo pronto, la suspensión temporal de las pruebas se produce justo un día después de nueve grandes farmacéuticas, incluida Astrazeneca, se comprometieran públicamente a mantener los más altos estándares éticos y científicos en la búsqueda de una vacuna contra el coronavirus.