Inició la campaña electoral en Brasil para la segunda vuelta, que se llevará a cabo el 30 de octubre. Y tanto Luiz Inácio Lula Da Silva como Jair Bolsonaro salieron en busca de los votos necesarios para conseguir la victoria.
Lula obtuvo algo más del 48% en la primera rueda, por lo que sólo necesita sumar dos puntos; mientras que Bolsonaro superó el 43% necesita un mayor respaldo si quiere ser reelecto. La pregunta es de dónde sacarán esos votos.
Una de las mayores expectativas era qué iban a decidir Simone Tebet, quien sacó el 4% de los votos; y Ciro Gomes, exfuncionario de Lula, que obtuvo el 3% del electorado general. Ambos hicieron gestos hacia Lula, pero habían pedido paciencia para pronunciarse en el momento oportuno.
Gomes no tuvo que pensarlo demasiado, y aunque no mencionó a Lula, anunció oficialmente que su partido, el Partido Democrático Laborista (PDT) iba a apoyar al Partido de los Trabajadores (PT), sin aceptar ningún tipo de lugar en el Gabinete o condicionamiento externo. En las elecciones de 2018, Gomes se había mantenido neutral y eso favoreció a Bolsonaro, que terminó venciendo a Fernando Haddad.
«En vista de las circunstancias, esta es la última salida», sostuvo en un video a través de Twitter, y agregó: «El camino democrático se ha estrechado hasta tal punto que a los brasileños les queda una opción que, en mi opinión, es insatisfactoria». Y, en ese sentido, afirmó que esperaba que esta decisión contribuyera a “oxigenar” la democracia, luego de cuatro años de gobierno de Bolsonaro.
Por su parte, Bolsonaro también consiguió un sorpresivo y fuerte apoyo: el del gobernador del estado de San Pablo, Rodrigo García, el distrito más potente electoralmente a nivel federal. Se suma así al ya manifestado por Romeu Zema, de Minas Gerais; y el de Claudio Castro, de Río de Janerio, aliado desde la primera vuelta.
García es del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) del expresidente Fernando Henrique Cardoso y salió tercero el domingo. Quedó afuera del balotaje en San Pablo y decidió apoyar “incondicionalmente” al candidato de Bolsonaro, Rodrigo Freitas, quien compite con Haddad (hombre de Lula en el PT).
El apoyo se da a pesar de un fuerte desaire de Freitas al gobernador. Se conoció que tras el resultado de la primera vuelta, García quiso subir al escenario para mostrarse junto al ganador, y Freitas le pidió que no lo haga, porque él representaba “el cambio”. Además, aseguran que el anuncio de García, que perdió la gobernación después de 27 años del partido en el poder, abrió una grieta dentro del PSDB, lo que no le garantiza a Bolsonaro la totalidad de esos votos.
En cambio, Zema (que ya se muestra como presidenciable para 2026) y Castro sí lograron ser reelegidos, con 57% de los votos.
Todavía resta esperar la decisión de Tebet, del Movimiento de la Democracia Brasileña (MDB), del expresidente Michel Temer. Vale señalar que el exvicepresidente de Dilma Rousseff y luego presidente tras su destitución fue quien impulsó el impeachment que destituyó a su compañera de fórmula y aliada del PT. En la interna del MDB las posturas parecen estar divididas, con algunos dirigentes llamando a votar en blanco y otros pidiendo negociar una postura.
El partido Ciudadanía, que apoyó a Tebet, ya se mostró en favor de Lula; al tiempo que se busca el aval de una veintena de alcaldes que responden a Geraldo Alckmin, candidato a vice de Lula.
Para contrarrestar estos apoyos y buscar los 6 millones de votos en necesita, Bolsonaro estaría a punto de anunciar un aguinaldo para las mujeres en el marco de su plan social Auxilio Brasil. Como se sabe, el voto femenino ha sido uno de los problemas para Bolsonaro, tras numerosas declaraciones misóginas, que el mandatario ha minimizado asegurando: «Las mujeres me aman».
