Poco antes de que Rusia invada Ucrania el 24 de febrero, Putin advirtió a los países occidentales que se mantuvieran al margen del conflicto y dijo que estaba poniendo a sus fuerzas nucleares en alerta máxima. El presidente ruso advirtió que cualquier país que interfiriera enfrentaría consecuencias “que nunca ha experimentado en su historia”.
Bajo esta amenaza, tal vez el mayor conflicto militar desde la Segunda Guerra Mundial, la comunidad internacional condenó a Putin e implementó sanciones que han paralizado y aislado la economía rusa. No obstante, la escalda del enfrentamiento pareciera no tener techo. Recientemente, líderes rusos enumeraron las justificaciones para que Moscú utilice armas nucleares en Ucrania. Por ejemplo, Dmitry Medvedev, ex presidente ruso que ahora se desempeña como vicepresidente del consejo de seguridad, detalló el mes pasado varias formas en que Rusia podría tener «derecho» a usar su arsenal nuclear, incluso contra naciones que solo usan armas convencionales. Mientras tanto, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, dijo que “el mundo debería estar preparado para la posibilidad de que Rusia recurra al uso de armas químicas o nucleares”.
Yuriy Bova, alcalde de la ciudad ucraniana de Trostianets, en la región norteña Sumy, afirmó que las autoridades encontraron «restos» de armas químicas, más precisamente sarín, después de que las tropas rusas se retiraran de la zona.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el sarín es una sustancia transparente e inodora que afecta al sistema nervioso y es considerado uno de los agentes de arma química más tóxicos pudiendo causar la muerte.
Estas afirmaciones ocurren pocos días después de que un batallón ucraniano acusara al ejército ruso de usar armas químicas contra los soldados en la ciudad de Mariupol, en el sureste del país.
Sin embargo, el Pentágono señaló que estos presuntos ataques aún no fueron probados, pero calificó el tema como “profundamente preocupante”. Por eso no sorprende que la OTAN se mantenga en alerta y se involucre en caso de verificarse los informes sobre el uso de armas químicas.
Publicado en cooperación con Newsweek