El Gobierno israelí y el movimiento palestino Hamas cumplían hoy el alto al fuego propuesto por Egipto vigente desde anoche, después de once días de bombardeos y ataques que dejaron 243 muertos en la Franja de Gaza y 12 en Israel, aunque festejos palestinos en Jerusalén terminaron nuevamente en represión, choques con la policía israelí y decenas de heridos. Desde que empezó la tregua a las 2 de la madrugada (20 de ayer en la Argentina) «no se detectó ningún disparo y los aviones (militares) volvieron a sus bases», indicó el ejército israelí, mientras que los pasos para ingresar a la Franja de Gaza fueron reabiertos para el transporte de combustible y la ayuda humanitaria internacional, incluyendo alimentos y medicinas.
Según el vocero de la secretaria general de la ONU, Stéphane Dujarric, «13 camiones humanitarios con comida, vacunas contra la Covid-19, suministros médicos y medicamentos, y equipos de primeros auxilios de agencias de Naciones Unidas y ONGs socias entraron a Gaza» durante la joranda, informó la cadena de noticias Al Jazeera. En paralelo, el Canal 13 de la televisión israelí adelantó que el Ejército permitirá a partir de la próxima semana la actividad en la zona de pesca, vital para la frágil economía de la zona y para miles de familias en ese pequeño y empobrecido territorio.
Desde los primeros minutos, el cumplimiento de la tregua desató festejos entre los palestinos, tanto en las calles de la Franja de Gaza como en Jerusalén este, la parte oriental de la ciudad que la ONU y gran parte de la comunidad internacional consideran como ocupada por Israel desde 1967 y que podría formar parte de un futuro Estado palestino en caso de un acuerdo de paz. «Es la euforia de la victoria», dijo Jalil al Haya, vicepresidente de Hamas en la Franja de Gaza, durante un discurso ante manifestantes a los que prometió «reconstruir» las casas destruidas. El jefe político del movimiento, Ismail Haniyeh, también describió lo ocurrido como «una victoria divina» y añadió que los palestinos «dejaron en claro al mundo que la resistencia nunca se rendirá», de acuerdo con declaraciones que reproduce la cadena Al-Jazeera.
En Jerusalén, las celebraciones rápidamente se trasladaron al interior de la Ciudad Vieja, a la Explanada de las Mezquitas, donde la represión policial desató inicialmente la escalada militar en Gaza. Las imágenes de uno de los lugares sagrados del Islam lleno de gases lacrimógenos se repitieron. La Medialuna Roja Palestina informó que 20 manifestantes resultaron heridos y dos de ellos tuvieron que ser hospitalizados.La ONU inmediatamente llamó a no repetir la escalada. «Obviamente estamos muy preocupados por las continuas tensiones que hemos visto hoy en la ocupada Jerusalén Este, especialmente alrededor de la Ciudad Vieja», aseguró Dujarric ante la prensa, según la agencia de noticias DPA.
El Gobierno palestino de Mahmud Abbas, rival de Hamas y con sede en Cisjordania, también condenó las nuevas escenas de violencia en Jerusalén.»El Gobierno israelí, al continuar con su política de provocación, ataques e incursiones, está desafiando los esfuerzos internacionales que se realizaron para llegar a la calma y detener la violencia y la escalada en Jerusalén y en los territorios palestinos ocupados, y detener la agresión en Gaza», denunció en un comunicado. Aunque ayer el comunicado del Gobierno israelí destacó que la tregua no conlleva condiciones, Osama Hamdan, un miembro del bureau político de Hamas, le dijo al canal de noticias Al Mayadeen -vinculado al movimiento islamista libanes Hezbollah- que habían recibido «garantías de que la agresión israelí contra la mezquita de Al Aqsa y (el barrio de Jerusalén este) Sheikh Jarrah se detendrá», según reprodujo el diario Haaretz.Además de la represión cerca de Al Aqsa, la agencia de noticias palestina Wafa denunció esta mañana que todos los ingresos y salidas del barrio Sheikh Jarrah fueron cerrados por la Policía y los habitantes quedaron aislados del resto de la ciudad.
Desde el Gobierno israelí, en tanto, el primer ministro Benjamin Netanyahu se concentró en interpretar la tregua como un «éxito excepcional» para su país. «Hamás no puede ya esconderse», apuntó el premier en un discurso desde el cuartel general del ejército en el centro de Tel Aviv y añadió: «Hemos abatido a más de 200 terroristas, entre ellos 25 oficiales». «El público no conoce todo y Hamás tampoco, pero todos nuestros logros serán revelados con el tiempo», prometió.El alto al fuego aceptado ayer fue posible gracias a la mediación de Egipto, una potencia regional que mantiene relaciones tanto con Israel como con Hamas y que comparte territorio el primero y con la Franja de Gaza. Hoy delegados del Gobierno egipcio llegaron a Tel Aviv y a Gaza para avanzar con el cumplimiento de la tregua y garantizar que no se rompa, en un contexto aún muy tenso y frágil.
En la franja, por ejemplo, rescatistas continuaron encontrando cuerpos de fallecidos en túneles subterráneos o bajo escombros de edificios y casas destruidas por los bombardeos israelíes. El saldo de víctimas del Ministerio de Salud de Gaza se elevó a 243 muertos, entre ellos 66 niños, y más de 1.900 heridos, mientras que los cohetes lanzados por grupos armados palestinos desde la franja mataron a 12 israelíes e hirieron a otros 333 desde el 10 de mayo pasado.Como sucedió después de las anteriores ofensivas militares israelíes contra Hamas, si la tregua se mantiene, ahora comienza un período de reconstrucción. Estados Unidos, quien ayer informó que volverá suministrar misiles a Israel para reemplazar el stock utilizado en estos días, anunció hoy que «la reconstrucción de Gaza es una prioridad, no para Hamas sino para la población palestina», según declaró la vocera de la Casa Blanca Jen Psaki.