Una jueza británica dictaminó el lunes que el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, no debería ser extraditado a Estados Unidos para enfrentar cargos por violar una ley de espionaje y conspirar para obtener documentos secretos interfiriendo computadoras del gobierno.
Las autoridades estadounidenses acusan a Assange, nacido en Australia y de 49 años, de 18 cargos relacionados con la difusión por parte de Wikileaks de vastos registros militares confidenciales y cables diplomáticos de Estados Unidos, una acción que dijeron había puesto vidas en peligro.
Sus abogados argumentaron que toda la acusación estaba motivada políticamente, impulsada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y que su extradición representaba una grave amenaza para el trabajo de la prensa.
La magistrada afirmó que existe riesgo de suicidio.
En una audiencia celebrada en los juzgados de Old Bailey en Londres, la jueza Vanessa Baraitser rechazó casi todos los argumentos de su equipo legal, pero dijo que no podía extraditarlo, ya que existe un riesgo real de suicidio.
«Enfrentado a condiciones de aislamiento casi total (…) estoy convencida de que los procedimientos (descritos por las autoridades estadounidenses) no evitarán que Assange encuentre una manera de suicidarse», dijo la jueza.
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