La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció el martes una investigación “enérgica” contra aquellas personas que se identificaron como parte de esa oficina y cometieron supuestos abusos sexuales durante su despliegue en 2018 para tratar la crisis del ébola en la República Democrática del Congo (RDC).
“Las acciones presuntamente perpetradas por personas que se identifican como trabajadoras para la OMS son inaceptables y serán investigadas enérgicamente”, ha dicho la OMS a través de un comunicado.
“La traición de personas en las comunidades a las que servimos es reprobable. No toleramos tal comportamiento en ninguno de nuestro personal, contratistas o socios”, continúa la organización, que anuncia que cualquier persona involucrada deberá rendir cuentas y enfrentarse a graves consecuencias, “incluido el despido inmediato”.
Un informe señala como más de 50 mujeres habrían sido sometidas a abusos y explotación sexual por parte de funcionarios y trabajadores de esta oficina de Naciones Unidas.
La OMS ha emitido el comunicado tras conocerse un informe publicado en The New Humanitarian en el que se señala como más de 50 mujeres habrían sido sometidas a abusos y explotación sexual por parte de supuestos funcionarios y trabajadores de esta oficina de Naciones Unidas, así como de otras organizaciones no gubernamentales.
“La mayoría de las mujeres dijeron que numerosos hombres les habían hecho proposiciones, las habían obligado a tener relaciones sexuales a cambio de un trabajo o habían rescindido sus contratos cuando se negaron”, ha señalado el estudio, que cuenta cómo al menos dos mujeres se habrían quedado embarazadas como resultado de estos abusos.
“La traición de personas en las comunidades a las que servimos es reprobable», manifestó el organismo.
“Algunas mujeres eran cocineras, limpiadoras y trabajadoras con contratos a corto plazo, ganando entre 50 y 100 dólares al mes, más del doble del salario normal”, explica el informe.
La OMS se desplazó hasta el este de la República Democrática del Congo para hacer frente entre agosto de 2018 y finales de junio de 2020 el que fue considerado como segundo brote de ébola más grande del mundo. Durante ese tiempo, 3.481 personas contrajeron la enfermedad y 2,299 murieron.
Se trató del décimo brote de ébola en el país africano y fue particularmente más difícil de controlar, no ya sólo por su tamaño, sino también por las dificultades añadidas que conllevaba hacerlo en medio de los combates entre varios grupos rebeldes y el Gobierno.
PUBLICADO EN COLABORACIÓN CON NEWSWEEK EN ESPAÑOL.