Sin dudas diciembre es un mes festivo por excelencia y, la reciente apertura de Terrazas al Lago Restó, Grill & Bar, forma parte de una larga lista de motivos que ameritan una celebración.
Existe un rincón de la Patagonia argentina escondido muy cerca de la ciudad. Enclavado en el club de campo Pilar Patagonia, esta nueva propuesta gastronómica y de entretenimiento revoluciona una ruta sibarita aún poco desarrollada en la zona.
Se trata de un nuevo espacio, administrado por la Fundación DAC – Por la Cultura y las Artes Audiovisuales, que ofrece mucho más que una cocina internacional con toques patagónicos. Su concepto abarcativo tiene como objetivo que todos los visitantes puedan disfrutar de una paseo por la reserva, recorrer sus caminos rodeados de una añosa arboleda on más de tres mil ejemplares de árboles que superan el cuarto de siglo; descansar en los miradores junto a los lagos, y observar la naturaleza y simplemente relajarse. Inspirados por el encanto de tierras sureñas, la creación de este mágico lugar sorprende no solo por una dirección de arte exquisita en donde es evidente la curaduría realizada en cada detalle, sino también por una cocina que cumple a la perfección con estándares internacionales de la más alta calidad.
El talentoso chef Emiliano Cafiso despliega toda su creatividad en una completa carta combinando los fuegos con algunas variantes del mundo. Su propuesta invita a viajar desde Europa hasta al sur de nuestro país en tan solo un chasquido; y ahora tiene por delante el arduo desafío de ir descubriendo a su público y sus exigencias. “Utilizar materia prima de excelente calidad nos permite lograr un producto terminado en la misma línea. De esa manera marcamos la diferencia”, cuenta el cocinero. Adelantamos varios ases bajo la manga: el pulpo confitado; el Gigot de cordero patagónico, el rack -que son las costillas- y los ravioles; las tablas -en especial la de ahumados, con ciervo, jabalí y quesos-; la pesca que sale descamada y entera y es trinchada en la mesa; el risotto de hongos de pino ahumado y morilla; y para los más golosos también hay exitos rotundos como la tarta de manzana húmeda, con mucho caramelo y una Cremee de americana y vainilla.
La edificación inmersa en la naturaleza que alterna piedra y madera abre sus puertas a una planta vidriada, que invita a sentarse en el salón al tiempo que también deja ver la posibilidad de visitar la terraza. “El lugar claramente fue la inspiración para lograr esta carta: inmediatamente me trasladó a la Patagonia, por lo que era inevitable no derivar en entradas, platos, postres y productos de esa región”, detalla Cafiso. Lo cierto es que truchas, hongos, quesos y ahumados viajan desde allí, mientras que variantes orgánicas llegan junto a productores locales. “La pesca fresca viene en el día, tres veces por semana, a excepción del pulpo que proviene de Chile. Tanto en la panificación como en la pastelería optamos por usar harinas y azúcar orgánicas, evitando conservantes que no sean naturales”, suma Emiliano.
Y a sólo metros del restó, aparecen los Juegos del Bosque: un entorno creado especialmente para que los niños puedan utilizar libremente. Un oasis a minutos de la ciudad que tiene todos los ingredientes para disfrutar en familia.
Más info:
Dirección: Ruta Prov. 28 – Km 5,8 – Pilar, Buenos Aires.
IG: @pilarpatagonia
