El color rosa, símbolo de romanticismo y también de audacia, siempre ha tenido un lugar en Nina Ricci. Luego de los clásicos que pisaron fuerte, como Nina y de Nina Rouge, la versión Rose es un concentrado de optimismo.
Resonando con los códigos infundidos por los nuevos directores artísticos de la marca, Rushemy Botter y Lisi Herrebrugh, el universo de Nina Rose es a la vez tierno y radiante, teñido de irreverencia. Habla de una feminidad atrevida y vibrante, o cool couture, como lo llaman en Nina Ricci.
AROMA TIERNO, RADIANTE Y ROSA DELICIOSO
Tras componer Nina y Nina Rouge, el Maestro perfumista Olivier Cresp firma este nuevo eau de toilette con el sello Ricci, un gran floral que insufla un aire inédito en la historia olfativa de Nina. El novedoso Nina Rose es una delicia fresca, con una irreverencia y una alegría desbordantes.
Vivos y radiantes, la bergamota y el limón se unen a una pera jugosa para crear un acorde luminoso y ultra-fresco. Este toque acidulado se funde en la suavidad aterciopelada del absoluto de flor de azahar y de la esencia de nerolí, exaltada por una nota de jazmín. Y mientras que la ternura de este buqué floral se prolonga en una nube de adictivos almizcles, el Cedro de Virginia aporta a la composición un extra de modernidad.
Luego de encarnar a la emblemática heroína de Nina Ricci en las campañas Bella y Nina Rouge, la modelo neerlandesa Estella Boersma es de nuevo imagen de la marca. La reconocemos gracias a su boca lacada, aunque en esta ocasión se encuentra con un vestido firmado por Nina Ricci, sombreros cloche y accesorios en tonos pop cuya acumulación se erige como una alegre muestra de irreverencia. Ahora más que nunca, la vida es un juego, «à la Nina Ricci».
LA HISTORIA DETRÁS DE LA MANZANA
Rosa, por supuesto, pero no uno cualquiera. El que viste el frasco de Nina Rose es un rosa candy, ultra-glossy sobre el vidrio, que evoca el estilo bubble-gum visto en el desfile SS20 de la Maison Nina Ricci. Del cuello hasta el estuche, una cinta con el sello «Nina» firma esta nueva creación olfativa.
En 2006, Nina Ricci sorprendió con la fragancia Nina al mezclar limón de Calabria, lima Caipirinha, gardenia, manzana de caramelo, cedro y almizcles blancos, una creación firmada por Olivier Cresp. Nina es una invitación a la ensoñación y el romanticismo. ¿Su mayor audacia? Una faceta gourmand que revoluciona los códigos con su frasco con forma de manzana convertido en todo un icono.
En 2019, la historia continuó con Nina Rouge. El frasco se viste con el rojo lacado glossy de una manzana de caramelo para albergar un néctar que lleva la exquisitez a su máxima expresión: la frambuesa y el cedro se fusionan, la gardenia vibra al unísono de la flor de jengibre, la vainilla bourbon se envuelve con caramelo crujiente. Nina Rouge muerde la manzana y declara su amor infinito por el color rojo.
Junto a Nina Rose, ahora le tocó al color rosa para vivir la verdadera la vie en rose.
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