Por Gustavo Sylvestre
Las oportunidades que tiene la Argentina para crecer y salir de la crisis solo pueden concretarse si la dirigencia opositora y empresarial deja de apostar a la debacle nacional para defender sus intereses mezquinos. Es tiempo de pensar primero en nuestro país.
La reciente denuncia del candidato presidencial Javier Milei en el sentido de que un exministro de Economía y un asesor económico de Juntos por el Cambio se acercaron a uno de sus asesores con la intencionalidad de proponerle trabajar juntos para que EXPLOTE el Plan Económico del Gobierno, no hace más que confirmar la denuncia que en su momento realizó el propio ministro de Economía y ahora candidato presidencial, Sergio Massa, sobre la actitud negativa que tenían economistas de esa fuerza política, ante el FMI.
En su reciente viaje a Estados Unidos, una vez más, autoridades del FMI le transmitieron a Massa, sobre las actitudes negativas que figuras de JxC habían tenido en ese organismo para con el Gobierno de su propio país, que llamaron la atención de las propias autoridades del organismo. Por el contrario, para sorpresa del Ministro, le indicaron que el candidato Javier Milei había actuado y hablado responsablemente sobre la situación argentina.
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El deseo de «que Explote todo, para que a mí me vaya mejor», lamentablemente es un principio que se repite en la Historia reciente de la Argentina. Y exacerbado en los últimos años, por el odio inoculado en la actividad política, que ha nublado la mente de dirigentes que uno suponía racionales y democráticos.
No solo es grave la denuncia de Milei, sino que es grave también cómo distintos sectores de la sociedad argentina no reaccionan frente a estas actitudes ANTI-PATRIA. Los argentinos tenemos memoria reciente de cuando EXPLOTA TODO, y cómo nos va a todos y todas. No solo termina mal un Gobierno, es la propia sociedad la que sufre las consecuencias.
En estos últimos años hemos visto cómo desde sectores de JxC han actuado en forma irracional, poniendo en riesgo en más de una oportunidad, no sólo un proceso económico, sino también la salud, como fueron las marchas que convocaban en plena pandemia, denunciando a las salvadoras vacunas o instando a la quema de barbijos.
Pero es más grave cuando dirigentes, que dicen querer conducir los destinos de nuestra Patria, llevan adelante maniobras para desestabilizar a un gobierno, en contra de los propios intereses nacionales.
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También esta permanente acción de la Oposición a “oponerse a todo” conlleva una actitud contraria a los intereses y desarrollo del país. En este mundo cada vez más globalizado y cambiante, es cada vez más necesario tener una política exterior amplia y “vendedora” de nuestros productos. La reciente incorporación de nuestro país a los BRICS, esta asociación de países conformada por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, que reúne al 42% de la población mundial y al 30% del PBI del mundo, es más que significativa para el desarrollo del país.
En la actualidad, ocho provincias de nuestro país exportan sus productos a China; San Juan y Santa Fe, a la India; y varias provincias a Brasil, donde desde la gestión de Daniel Scioli se han abierto innumerables vías de comercialización.
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¿Se imaginan la catástrofe económica que sería para las economías regionales que exportan sus productos, si solo por un tema ideológico se cerraran las exportaciones a esos países? ¿A quién le vamos a vender? Resulta extraño el silencio de gobernadores y de los propios empresarios que se ven ampliamente favorecidos por estas aperturas.
Y las contradicciones permanentes de nuestros dirigentes. Para el expresidente Mauricio Macri, mientras él estaba al mando del país, era saludable participar de las reuniones de los BRICS o reunirse con el Presidente de Rusia, Putin. Cuando lo que ellos buscaban se hace realidad con otro Gobierno, está mal y hay que romper TODO.
A la luz de los resultados de las PASO, hay sectores de la Política tradicional de nuestro país, que han comenzado a reorganizarse en torno a la idea de lo Nacional y Popular, frente a la amenaza del “Todo o Nada” o de un “Salto al Vacío”. Ojalá lleguemos a tiempo.
