Los objetivos de Massa y el gobierno aparecen claros: seguir haciendo negocios con empresarios amigos y usar las malas artes para tratar de que no les vaya tan mal en las elecciones.
Esta semana nos enteramos de que un empresario ligado a la familia Massa, llamado Mauricio Filiberti, obtuvo una licitación (hecha a su medida) por 127 millones de dólares para la operación de una planta de AYSA, empresa que dirige Malena Galmarini. Los peronistas convierten al Estado en empresas familiares para que el robo pueda ser masivo.
Franco Rinaldi renunció a su candidatura acorralado por las críticas
La familia Massa se parece cada vez más a la familia Kirchner: su gran objetivo en la política es hacerse ricos. El establishment argentino, tan poco afecto a las formas republicanas y tan arrastrado frente los capitostes del PJ, ha elegido a Massa como su candidato.Todos los gestos van en esa dirección.
Los candidatos que defienden el ruinoso modelo corporativo son los elegidos del círculo rojo argentino. Cualquier gesto que implique gobernar para los ciudadanos y no para las corporaciones es visto como una amenaza. Defender ese modelo y que nada cambie es lo que necesita el poder establecido. Proteger ese modelo y que nada cambie es lo que seguirá hundiendo a los ciudadanos y condenando a la Argentina al camino de la decadencia.
Por eso Massa no tiene límites a la hora de cometer bajezas. Tiene que asegurar poder porque sin poder no hay negocios y él es un trabajador incansable en pos de los negocios estatales que comparte con sus amigos empresarios. Massa y sus amigos odian el capitalismo porque el capitalismo se nutre de la competencia. A ellos les gustan los políticos títeres que entregan negocios del Estado a dedo.
El caso Rinaldi, el progresismo estalinista y las «prostitutas» del poder K
En un spot de campaña Massa le dice a un grupo de jubilados con los que charla: “¿Los jubilados saben que en el programa de Javier Milei y Patricia Bullrich quieren eliminar el PAMI?”. Se puede caer en cualquier bajeza para tratar de conservar el poder.
Unos días después de salir con esa campaña de inspiración goebbeliana, el titular de la Inspección General de Justicia, Ricardo Nissen, intervino una fundación de Patricia Bullrich. Nissen es un mucamo político de La Cámpora y fue abogado de la familia Kirchner en alguno de los incontables temas de corrupción. Depende del ministro de Justicia, Martin Soria, un matón de poca monta. El oficialismo utiliza el poder de Estado para atacar a la oposición a pocos días de la elección. Este tipo de conductas son copia de sus amigos dictadores como Maduro o Daniel Ortega. En todo se comportan de manera mafiosa.
Cansado de soportar una campaña organizada, Franco Rinaldi renunció a su candidatura. Pese a haber aclarado que todo lo que se decía en su espacio tenía un registro de humor (sólo con escuchar el tono de sus intervenciones se percibía que bromeaba) y de haber pedido disculpas, la campaña en su contra nunca cesó.
Periodistas con un discurso hipócritamente moralista, kirchneristas aprovechando para perjudicar a JxC, miembros bobalicones de la farándula local y políticos de JxC (en una actitud que mezclaba en cuotas iguales la miserabilidad y la idiotez) fueron los arietes.
Martin Lousteau y la UCR de la Capital decidieron, nuevamente, jugar a favor de los K, tal como habían hecho durante el gobierno de Macri con el caso Maldonado y usaron el mismo discurso de los K. Esta vez fueron con todo a humillar y cancelar a Rinaldi rasgándose las vestiduras y hablando de valores. Si el termómetro de los valores en la Argentina va a ser Lousteau, la cosa es más grave de lo que parece.
Lousteau encendió la interna de JXC: «Al PRO le falta institucionalidad»
Lousteau se recicló en JxC luego de haber estado siempre en administraciones del PJ. Aceptó feliz ser ministro de Economía de CFK cuando ese gobierno estaba lleno de delincuentes. Entre sus compañeritos estaban De Vido y muchos otros de los famosos ladrones que a Martin no le despertaban ningún problema de valores. Es el responsable de la resolución 125, que se creó para esquilmar al campo y que casi desata una guerra civil. Se pasó al radicalismo, entró a JxC y Macri lo nombró Embajador en EE.UU., cargo que abandonó unos días antes de una visita presidencial, generando un papelón internacional para la Argentina.
La cancelación de Rinaldi tenía como único objetivo perjudicar a la lista de Jorge Macri y, de este modo, beneficiar la candidatura de Lousteau. Cualquier otra excusa es una mentira.
A los que creemos que el kirchnerismo ha arruinado a la Argentina se nos hace muy difícil votar a gente como Lousteau, que de no haber sido por la movilización contra la 125, hubiese seguido siendo del riñón de CFK. Sin embargo, lo soportamos. A mí me parece mucho más grave haber sido ladero de CFK que los chistes de Rinaldi. El gran problema de Rinaldi es que no pertenece a la corporación política. Las corporaciones de la política le temen a los que vienen de afuera y no pueden controlar.
JxC tiene que tener cuidado con algunos de adentro que dicen enfrentar a los K, pero que usan sus mismas armas e ideas. Hay que tener cuidado con los que están colonizados intelectualmente por el kirchnerismo y lo ocultan detrás de discursos progres que terminan siendo tan reaccionarios como los K y que lo único que consiguen es que este penoso estado de cosas nunca vaya a cambiar.
