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Carrió, Evita, Villarruel, Isabelita y Ginés: síntomas de la decadencia argentina
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Carrió, Evita, Villarruel, Isabelita y Ginés: síntomas de la decadencia argentina

Empecé mal la semana, indignado, porque siempre pienso que una de las causas de la inviabilidad argentina es la tilinguería de los dirigentes políticos que no son peronistas pero siempre terminan siendo funcionales al peronismo.

Lilita Carrió había dicho que ella no era peronista pero que sí era «evitista». Lilita Carrió últimamente no deja de patinar… Yo recuerdo algunas cosas buenas que hizo en contra de la corrupción, pero también recuerdo cómo se dedicó a limar al Gobierno de De La Rúa o cómo se dedicó a limar al Gobierno de Macri.

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Pero, encima, después de todo eso hace una declaración completamente contraria a la gente que la vota, que la sigue porque la considera republicana: dice que es «evitista».

Evita era lo contrario al republicanismo. Evita era la encarnación del fascismo. Evita era increíblemente autoritaria. Dejaba sin trabajo a las actrices que no eran peronistas y decía que había que sacar de todos lados a los que no siguieran al General.

No entiendo cómo hay gente que logra juntar en su cabeza ser republicano y decir que es «evitista. Y le diría a Lilita Carrió que no vuelva a integrar el Frente Republicano porque si es evitista». Que se vaya con Moreno, que se vaya con Máximo Kirchner o con alguno de ellos, porque comparte, por ejemplo, la adhesión de Cristina Kirchner. Cristina Kirchner es mucho más «evitista» que peronista.

Entonces, por favor, no confundamos más al ámbito republicano.

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Sin embargo, la que se lleva las palmas es la vicepresidenta, Victoria Villarruel, que se juntó con la excopera Isabel Perón, que solo fue vicepresidenta porque era la mujer que estaba con Perón. Perón no confiaba en nadie y la puso. Y a la muerte de Perón fue la virtual jefa de la Triple A. O sea, José López Rega era apoyado permanentemente por Isabelita; y las muertes, las desapariciones, todo lo que empezó en la Argentina, que no empezó el 24 de marzo del ’76, comenzó durante el Gobierno de Isabel Perón, con la Triple A.

Isabel Perón fue, además, quien nombró a Videla y a Masera como jefes de las Fuerzas Armadas.

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Uno no alcanza a comprender si es tontería, si es provocación o si es desconocimiento de la historia lo que hace la vicepresidenta, pero lo que es seguro es que con este tipo de actitudes agranda el mito e intenta «abuenar» lo peor que le pasó a la Argentina, que fueron ciertos momentos del peronismo, especialmente en los ’70.

Para terminar estas líneas, quisiera mencionar que se murió Ginés González García, ministro de Salud de Alberto Fernández. Mis respetos a su familia, que va a tener el privilegio de poder velar a Ginés, cosa que él le negó a todos los muertos en la pandemia, esa pandemia exageradamente estirada, según admitieron los propios ministros de ese Gobierno.

Otra señal de inviabilidad de la Argentina es que cuando se mueren los peronistas, se mueren sin causas penales. Ginés González García fue coimero toda la vida, arregalaba con los laboratorios, puso el Vacunatorio VIP, se prendió a todos los negocios para hacer vacunas, avaló lo de la Sputnik en contra de la vacuna Pfizer. Y el hombre se murió tranquilo. Que en paz descanse, pero se murió sin ninguna causa judicial.

Todo esto es señal de decadencia. Lo es que Ginés haya muerto sin ser condenado. Lo es que Carrió diga que es «evitista». Lo es que Victoria Villarruel se encuentre con la peor presidenta que ha tenido la Argentina, y que encima diga que fue perseguida. No la persiguió nadie, y vivió toda la vida con si jubilación en Madrid.

(Columna emitida originalmente en el programa «Cristina sin vueltas», conducido por Cristina Pérez en Radio Rivadavia)

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