“La Argentina es un país que se extiende desde la Quiaca a la Antártida”, dijo el Presidente, en un discurso que sigue siendo asombroso por su nivel de desacople con la Argentina real. A su descripción geográfica le faltó todo lo que pasa dentro del mapa. ¡Eh, presidente! ¡Acá hay gente!
Qué Argentina interpretan los candidatos que existe y cómo gobernarla es precisamente el punto de fricción de la interna cada vez más feroz en Juntos por el Cambio.
Juntos por el Cambio es hoy la fuerza de la oposición que más chances tiene de ganar la presidencia. Pero el choque de planetas que se dará en las PASO, determinará el perfil de esa fuerza en su crisis existencial más profunda desde el acuerdo fundacional entre el PRO, la UCR y la Coalición Cívica, que llevó a la presidencia a Mauricio Macri.
¿El país es como lo ve Horacio o como lo ve Patricia? Tras esa definición no sólo se esconde un matiz ideológico y de gestión sino también una puja brutal por el poder. Hoy el jefe de Gobierno tiene el aparato del partido con todo lo que eso implica: desde enormes recursos a fidelidades en cargos que buscan asegurar su continuidad.
El liderazgo de Patricia Bullrich es más de carácter societal, construido desde la vinculación directa con los ciudadanos en marchas como las de la cuarentena y desde una personalidad arrasadora que ofrece orden y pelea con las mafias. Aquí viene la batalla ideológica.
El mensaje de lanzamiento de Larreta, frente al faro de Cabo Vírgenes, en Santa Cruz, con tono antigrieta y presentándose como alguien que “labura, labura y labura” es un mensaje consistente con lo que él es: un dialoguista que hace una biblia de la gestión. La pregunta es si este mensaje no corresponde más a una sociedad de hace dos años atrás que a esta.
La titular del PRO salió a contrastar desde temprano sus límites para el diálogo, diciendo que no hay lugar para el diálogo con Cristina Kirchner, con Sergio Massa, con Hugo Moyano o con Baradel.
En el equipo de Larreta replican que ese hilo de tuits de Patricia fue falaz porque ellos tampoco quieren dialogar con el kirchnerismo, ya que lo consideran fuera del 70% que sí se sentaría a una mesa. Rápidamente, desde las filas de Patricia recuerdan que es la minoría furiosa del cristinismo la que tiene tomado al peronismo y que, siempre que Larreta fue buen alumno, se tuvo que guardar el diálogo para otro momento.
Es tan encarnizada la pelea, que hubo una línea del mensaje de Larreta que Bullrich leyó como una daga directa a su costado, donde él critica a los estafadores de la grieta.
Lo único que hace la grieta es dividirnos. No soluciona problemas, no sirve para gobernar ni para transformar un país. Tenemos que dejar de pelearnos para que la vida de los argentinos cambie para siempre. pic.twitter.com/BizpUD1R1K
— Horacio Rodríguez Larreta (@horaciorlarreta) February 23, 2023
¿Le dijo estafadora a Bullruch? Ella no tardó en contestar cuál es a su criterio la verdadera estafa
“La gran estafa es haber transformado a la Argentina en un país en decadencia”.
En José C. Paz sumamos fuerzas junto a @delatorrej y @MVeronicaFierro para ordenar el país. pic.twitter.com/T84x3bZhFQ
— Patricia Bullrich (@PatoBullrich) February 23, 2023
Desde la campaña “Pato 2023” dicen que Horacio está demasiado ansioso y se lanzó a destiempo. Desde la campaña “Hora 2023” dicen que ella no puede gobernar. Todo indica que esta batalla cultural seguirá profundizándose. Y además del país que cada candidato interpreta hay una guerra adelantada sobre cómo cree cada uno que se comportarán los votantes.
En las huestes de Larreta aseguran que en un eventual ballotage Patricia Bullrich perdería frente a un candidato más moderado y, en ese escenario, ubican por ejemplo a Sergio Massa como postulante por el peronismo. Ese cálculo no se condice con lo que hoy muestran las encuestas donde un 60% o más nunca votaría a Massa. Pero en la ciudad insisten en que la aversión a Patricia sería mayor por parte del electorado del medio, aún a pesar de la crisis económica que el ministro Massa no pudo domar y que seguirá empeorando.
Del lado de Patricia Bullrich, por su parte, afirman que la sociedad se corrió a posiciones más duras por la gravedad de la crisis y que el panorama no es para tibios. En su lectura no son los votos del centro los que están en disputa, sino los de la derecha. Si el candidato es Larreta, afirman, los votos de Juntos por el Cambio se irán a Milei. Y sobre el escenario de segunda vuelta, se ríen sobre la posibilidad de que Patricia pueda perder con Massa. Con sorna, notan que esa hipótesis demuestra la amistad de Larreta con Massa.
¿Hay un pacto entre Larreta y Massa? Hay sectores del establishment, siempre conservador de sus negocios y proclive al eterno oficialismo, que firmarían un Larreta Presidente y Massa Jefe de la Oposición. Pero ¿quién es Massa? ¿El que está con La Cámpora o el que estaba en contra? Lo curioso es que sean los propios larretistas los que impulsan el escenario con Sergio Massa. ¿Y si el candidato fuera Scioli? ¿Cómo se diferenciaría con Horacio? El que ve con tirria estos contactos del submundo es Macri.
Por ahora, de lo que cantan victoria en el comando de campaña de Larreta, es del plantón que le hizo Alfredo Cornejo a Patricia Bullrich como candidato a vicepresidente luego de pasearse por todos lados con ella, y avanzan, ellos sí, hacia una fórmula cruzada con la UCR que les garantizaría cuadrar a ese partido en sus planes, con un poder de territorialidad invaluable. Hoy el nombre que suena más fuerte es el de Gerardo Morales. Hora y Gera, un solo corazón.
Patricia Bullrich apostará a fidelizar una identidad más nítida y menos lavada del PRO y de Juntos por el Cambio en directo vínculo con la gente. ¿Le alcanzará? Algunos dejan trascender nombres como Luis Brandoni o Hernan Lombardi para ser candidatos a vicepresidente, pero no existe hoy una decisión.
Hay un factor fundamental que comenzó a develarse en estas horas y tiene que ver con Mauricio Macri, quien celebró el lanzamiento de Larreta, pero con equidistancia y en función de la sana competencia. Y se puso a sí mismo por encima del proceso electoral llamándose “fundador” del espacio. Hoy las encuestas se cortan en tres porciones. ¿A dónde irán los votos de Macri si no es candidato? Y más importante aún, ¿quién, según Macri, de ahora en más “el fundador”, garantizará más lo que él llama “el cambio”? ¿Cuánto valdrá el apoyo a su primo en la ciudad para que el expresidente dé su bendición? ¿O seguirá así de ecuménico?
Larreta hoy ocupa un centro ideológico más conservador, que se identifica incluso más con la UCR, la Coalición Cívica y el PJ que con el PRO puro. Patricia Bullrich tiene la genética del macrismo, con una impronta más liberal, y además encarna una idea sin concesiones de orden y “antimafia”.
La Argentina es un país que se extiende desde la Quiaca hasta la Antártida. ¿Pero quiere un moderado o un duro para dirigir sus destinos? La encuesta será la elección.