En los tiempos que corren es necesario que haya gente valiente y técnicamente preparada. Cualquier persona que llegue al poder tiene que tener esas características.
Por otro lado, no debe haber gente cándida frente a las monstruosidades que el kirchnerismo instaló en la sociedad. La oposición tiene que actuar sabiendo que hay un aparato corruptor que ha degradado la política y la discusión pública.
Hay que ser implacable y descreer de absolutamente todo lo que dice el poder K. Si no se entiende esto, no se entiende nada.
Cuando Milei y Villarruel dan quórum y votan a favor de la modificación del Impuesto a las Ganancias sin baja del gasto, y se justifican diciendo que lo hacen porque hay que estar siempre a favor de la baja de impuestos, están cometiendo una estupidez, porque a Massa le da lo mismo la ideología. Él es capaz de llevar al país a la hiperinflación por obtener unos votos más. Massa es el mal en la política y la clave del bien es desbaratarle los planes. Cualquier otra cosa es idiotez o complicidad.
El FMI advirtió que las últimas medidas de Massa «exacerban las dificultades de Argentina»
La media sanción que se consiguió en diputados habilitó sesión en el Senado, en la cual CFK presentó el pliego en la votación para aprobar el nombramiento de jueces. Entre los jueces, está la confirmación en el cargo de la kirchnerista Ana María Figueroa, pese a que la Corte ya se expidió acerca de que la jueza ya no forma parte del Poder Judicial porque pasó los 75 años, edad límite para ocupar el cargo. CFK realiza esta maniobra para enviar un mensaje mafioso a la Corte.
Está claro que sus únicas acciones como Vicepresidente son las dirigidas a demorar o intentar modificar algo en las gravísimas causas por corrupción que la tienen como protagonista.
Una aliada a JxC, la senadora Lucila Crexell, se ausentó de la sesión porque se encontraba en Bonn hablando de energía. Al hacer su descargo, la senadora dice que ella viajó porque no estaba previsto que se tratara el pliego de la jueza ultrakirchnerista. “El kirchnerismo, en una de sus típicas maniobras, convocó de forma intempestiva a una sesión cuya única finalidad fue tratar la situación judicial de Cristina”, dijo la senadora.
La sesión se convocó un día antes y eso no le dio tiempo a regresar de Europa. La senadora cometió un error gravísimo: no sospechar que el kirchnerismo siempre va a hacer lo peor. Le creyó al kirchnerismo, lo cual, a esta altura, resulta inaceptable. No se puede cometer una tontería semejante.
El kirchnerismo va a hacer siempre lo que le conviene a CFK por sobre lo correcto. No entender eso es suicida. “La tolerancia es un crimen cuando lo que se tolera es la maldad”, dijo Thomas Mann, y es una frase que deberían grabarse todos en la mente. Creerle o tener tolerancia frente a los K es imperdonable después de todo lo que hemos visto y vivido.
En otro orden de cuestiones, lo que está haciendo Massa es criminal. Es la misma demagogia de siempre, pero frente a una situación terminal. Hay 40 por ciento de pobres y una inflación desatada que trae más pobreza, y, aún así, Massa fomenta la inflación para tratar de sacar unos votos más. Massa es un bombero criminal que llega al incendio y echa nafta al fuego. Esto ha sido como ministro de Economía.
Sólo en un país donde una innumerable cantidad de personas viven esclavizadas por el clientelismo, Massa puede sacar más del 1 por ciento en una elección. Que Massa saque más del 1 por ciento es la medida del desastre cultural y social de la Argentina, donde una fuerza política condena a la pobreza y a la inseguridad a un país y que, pese a esto, compite, con el único argumento de tomar medidas que sirvan únicamente para su especulación electoral, pero que condenan a cada vez más gente a vivir en un infierno.
Este es el único tema que sigue siendo prioridad: si no se condena a la irrelevancia al peronismo, Argentina no tiene futuro.
Mientras eso no suceda, veremos escenas dantescas como la de la CGT, que organiza actos para apoyar al ministro de la inflación y la pobreza. Jefes sindicales ricos arreando a trabajadores pobres para apoyar al candidato que les permite mantener los negocios.
Terminar para siempre con el kirchnerismo debe ser la prioridad de todos los argentinos de bien
La imagen del peronismo actual la regaló Insaurralde. En el país del 40 por ciento de pobreza apareció el jefe de gabinete de Kiciloff en Marbella, mostrando cómo gasta fortunas mientras la gente en Argentina no tiene para comer. Insaurralde es un símbolo peronista: grita “viva Perón” y, al mismo tiempo, se alquila un barco en Marbella y dilapida un dineral. Si votás a Kiciloff, debés acordarte de que estás aportando a la causa de gente como Insaurralde y sus chicas.
Marcar el fin político del kircherismo debe ser la prioridad de cualquiera que se considere opositor. Si Milei cree que es mejor criticar a Bullrich que a Massa por conveniencia electoral, no comprende la gravedad de la situación y eso en política suele ser muy grave.
El gran objetivo es asestarle un golpe electoral durísimo a los que dejan un país con 40 por ciento de pobres, al borde de la hiperinflación, y un país jaqueado por las mafias y la inseguridad. El legado de CFK, Alberto Fernández y Massa no es otro más que ese. No hay que perder el rumbo en las campañas electorales. Como escribió Ortega y Gasset: “Toda realidad ignorada prepara su venganza”.
