Juan Martin Luciani Otaño (*)
Al menos dos personas murieron y otras 25 resultaron heridas este miércoles por el derrumbe de una vivienda de dos plantas en el barrio porteño de Floresta. Esto es otro lamentable hecho ocurrido en la ciudad que podría haberse evitado. Falta mucha legislación, mucho control. Es otro problema que se suma al hacinamiento.
La Ciudad crece y se agrava el problema habitacional; y a esto se le suma que el Estado de conservación de los edificios no es el adecuado, no solo en lo referente a lo estructural, sino también en cuanto a servicios básicos.
Ahora, frente a la tragedia, se trabaja denodadamente para ayudar a las víctimas, pero pronto habrá que abordar el tema de las responsabilidades. La responsabilidad civil no exime al titular del dominio ni, claramente, al Gobierno de la Ciudad.
Pero lo que nos preguntamos es: ¿Dónde está el control? ¿Dónde estuvo? Deberían haber saltado antes las alertas. Debemos saber que cuando un accidente se pudo haber previsto, entonces NO es un accidente.
El GCBA debe trabajar más en los controles de los edificios de la Ciudad, ya que es fundamental para el bienestar de los ciudadanos, quienes no tienen por qué saber respecto de normas de seguridad e higiene. El Gobierno sí lo sabe. Debe intensificar las inspecciones, controles, y alertas pues tiene los medios tecnológicos como aliados.
Dependiendo de las características edilicias del consorcio, debe haber certificaciones periódicas. Debería haber un informe edilicio en general sobre el estado de conservación y mantenimiento, no sólo de las fachadas, sino también del interior del mismo. Controlar el exterior de un edificio no es suficiente. Hay que supervisar en qué condiciones está la construcción internamente. Y eso, generalmente, no ocurre.
El control de las instalaciones eléctricas, de gas y agua es, prácticamente, inexistente. ¿Cuántos casos más tienen que haber para que haya una reacción? ¿Cuántas tragedias más hacen falta? ¿Estamos acaso esperando otro Cromañón?
La crisis habitacional en la Ciudad debe ser la prioridad para el Jefe de Gobierno. No podemos vivir en dos ciudades. No hay ciudadanos de primera y de segunda. Parecería que hay una grieta en la Ciudad que divide al Norte del Sur. ¿Acaso hay comunas mas importantes que otras?
En la zona hay varias casas tomadas. Eso lo sé yo y lo sabe Doña Rosa. Eso nos hace pensar que el Estado está distraído o mira para otro lado. No podemos tener una mirada obtusa o inocente. Tenemos una grave crisis habitacional producto de una pésima Ley de Alquileres que perjudicó tanto a propietarios como a inquilinos.
Ciertamente, en materia de controles la vara tampoco es igual para todos. No obstante, estoy convencido de que el problema principal es otro. Mientras la política «tiktokea» para conducir a los ciudadanos a las urnas, la búsqueda de soluciones a los problemas concretos de la gente se desmoronan como viejos ladrillos.
(*) Abogado UBA, especialista en Propiedad Horizontal. Docente de los temas Responsabilidad Civil, Defensa del Consumidor y Riesgos Laborales.