Los mundiales establecen los parámetros para el recambio tecnológico de los televisores. El atípico factor Qatar en la otra pasión argentina, la TV.
«Acompáñenos al mundial con un toque de talento», decía Diego Maradona frente a un televisor Talent y con un control remoto en la mano mientras en la pantalla él mismo hacía jueguitos con la pelota. Faltaban pocos meses para el Mundial de México 86, que todos ya sabemos cómo terminó. “¡Diego tuvo razón!”, fue la frase en el aviso de las revistas, ya con la copa ganada.
No fue casual esa publicidad. En 1986 la TV ya había apostado fuerte por el fútbol.
Hoy la simbiosis es total. Mundial de fútbol y TV van de la mano. Ya no es posible pensarlos por separado. El evento deportivo más convocante del mundo multiplica sus televidentes cada cuatro años. El primero que se transmitió en directo fue México 70 y desde entonces, cada nueva edición, rompe su propio récord de audiencia. Para el próximo Qatar 2022 se esperan unos 3.700 millones de televidentes, casi la mitad del planeta.
Los mundiales también establecen los parámetros para el recambio tecnológico de los televisores (ahora «pantallas»). El de Argentina 78 fue el inicio de la televisión en colores, el de México 86 popularizó el control remoto y el de Italia 90 instaló el “telebeam”, con líneas en la pantalla para marcar el offside. Estados Unidos 94 permitió saltar las pantallas de 21 pulgadas. Después llegaron las pantallas planas y los LCD hasta que en Sudáfrica 2010 se afianzó el High Definition (HD). En ese mundial (con Diego de DT) Sony y Samsung intentaron instalar el 3D, que resultó un fracaso total. Puede fallar.
En Brasil 2014 y Rusia 2018 llegaron las pantallas inteligentes (Smart TV), más grandes (42 pulgadas para arriba), resolución 4K y conectadas a internet con las aplicaciones.
Qatar 2022 nos ilusiona particularmente porque es el último mundial de Messi y porque La Escaloneta, flamante Campeón de América, llega en un alto nivel. La expectativa es grande. Pero la distancia, la inflación que no frena y los precios exorbitantes en dólares de hoteles, traslados y comidas (más las entradas de los partidos) colocan al evento en un lugar sólo accesible para los de la punta de la pirámide social. ¿Qué queda para el resto? Mirarlo por TV. Por eso este año es muy importante para los fabricantes de TV.
En la Argentina, las TV están atrasadas tanto en tecnología como en tamaño de pantalla. El promedio en los hogares del mundo ya llega a las 50 pulgadas pero casi el 70% de las pantallas del mercado local son entre 32 y 42 pulgadas. Aunque esto está cambiando. “Este año no veremos tanto avance a nivel tecnológico como en el tamaño. La gente hoy quiere 55 pulgadas para arriba”, dice Cristian Struhldreher, gerente de TV de Newsan (Noblex, Philco y Hisense), que con Noblex lidera el podio de la marca más vendida (17% de mercado), seguida por Philips (14%) y Samsung (9%). Newsan corre con ventaja porque Noblex es uno de los seis proveedores oficiales de la Selección, con derecho a usar la imagen de Messi con la camiseta argentina.
El parque local de televisores hogareños es de casi 20 millones (casi 2 por casa) y por año se venden unas 3 millones de unidades. El récord histórico de ventas se dio en 2018 para el mundial de Rusia. Según datos de GFK, ese año se vendieron 3,6 millones de televisores.
Para este año, en Afarte (la Asociación de Fábricas Argentinas de Terminales de Electrónica) estiman que la cifra puede superar los 3 millones, pero lo que cambia es la estacionalidad. Es decir, en qué época del año se venden. Históricamente en los mundiales tradicionales de junio/julio, todas las TV de ese año se vendían en los meses anteriores al torneo. Pero Qatar 2022 rompió la costumbre y será en noviembre. Por eso las ventas fuertes se esperan para el último trimestre del año y las ofertas ya arrancaron el último Hot Sale de mayo.
A cinco meses del partido inaugural entre Senegal y Países Bajos, las marcas ya juegan su propio mundial.
(*) Lalo Zanoni es periodista y consultor en tecnología