Por Lalo Zanoni (*)
La tecnología digital e internet vinieron a cambiarlo todo. También al amor. En 2023, el amor de pareja ya no es lo que era. “No se puede vivir del amor”, cantaba Andrés Calamaro en los ‘90. Tal vez Andrés fue un adelantado. Un reciente sondeo entre 2000 parejas españolas, ubicó al amor de pareja en el cuarto lugar en las prioridades de las personas. Se anteponen la salud, aquellos que valoran a los hijos y los amigos, en tercer lugar la libertad y la independencia, y por último el amor de la pareja.
Estamos en la era del amor líquido: se buscan relaciones breves y superficiales en las que no hay intención de ambas partes de durar mucho tiempo. Y la exclusividad está en baja. Se trata de personas que tienen dificultad para comprometerse con una sola persona.
Y aquí entran en escena las aplicaciones de citas o redes sociales, donde, con el celular, se pueden establecer conexiones superficiales y es muy simple cambiar de pareja o saltar de persona a persona. El “online dating” se le llama a conseguir encuentros casuales, sexo o pareja mediante una aplicación de citas o en redes sociales. Tinder y Happn son las más populares pero detrás hay más, como Bumble, Badoo, Once o Grinder, destinada al público LGBTQ+.
La oferta es casi infinita gracias a los algoritmos que nos ofrecen en bandeja miles de perfiles de personas según nuestros intereses, gustos, edad y también locación geográfica. Esta góndola repercute y modifica la manera en que se forman las parejas.
Los cambios culturales y la evolución de la tecnología demostraron que mantener una pareja es ahora más difícil que antes de que aparezca el “online dating”. Cada vez son más las parejas que se conocen por internet. Según otro estudio de la Universidad de Stanford, de EEUU, más del 40% de las parejas actuales se conocieron online. Fue la pandemia la que provocó un salto cuantitativo en el uso de estas apps, pero con la particularidad de que no se abandonaron una vez que volvimos a nuestro día a día normal. El fenómeno no se detuvo y sigue creciendo. Algunas apps cuadruplicaron su base de usuarios entre 2020 y 2022. El uso de estas apps es aún mayor entre los jóvenes de la generación Z y los millennials.
En ese mismo sentido, un relevamiento de Second Love en su plataforma, arroja que el 82% de los usuarios confesó que solo busca relaciones más fluidas y menos comprometidas. Los usuarios están más activos que otros años, tienen más conversaciones online, actualizan sus perfiles con un 15% más de frecuencia y su permanencia en el sitio fue en aumento con el objetivo de conocer «personas nuevas y diferentes», coquetear online y concretar salidas.
Y acá otro dato interesante: principalmente buscan relaciones abiertas y de poliamor. Pero, por el momento, son los hombres los que más se animan a realizar este deseo (75%) y solo el 14% de las mujeres lo considera como una opción.
También creció mucho el uso de los mensajes directos (DM) en Instagram como forma de conquista. Y el mensajero WhatsApp para iniciar conversaciones.
Pero de la mano de las aplicaciones, llegó el “ghosting”, un término que viene de la palabra inglesa “ghost” (fantasma) y se refiere a «desaparecer”. Se da cuando se está iniciando una relación y, sin aviso ni motivo, esa persona deja de responder.
(*) Periodista especializado en comunicación y nuevas tecnologías