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La “Generación Colapinto” llega a las empresas: el nuevo desafío del mundo corporativo
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La “Generación Colapinto” llega a las empresas: el nuevo desafío del mundo corporativo

Por Diego Quindimil (*)

Conocida por sus expectativas de autenticidad y éxito veloz, la Generación Z -o como algunos la llaman, la “Generación Colapinto” en referencia al joven piloto argentino Franco Colapinto- está desembarcando en el mundo laboral con un enfoque disruptivo que desafía paradigmas tradicionales. Esta generación, nacida entre finales de la década de los noventa y principios del nuevo milenio, está transformando la cultura organizacional al exigir ambientes más inclusivos, flexibles y tecnológicamente adaptados.

Uno de los aspectos que más controversias arroja es la etiqueta de “generación de cristal” que se le suele poner a estos jóvenes, un término que suele describir su aparente fragilidad emocional o sensibilidad frente a cuestiones sociales. Sin embargo, esto podría ser también una forma de edadismo que minimiza el valor de su mentalidad transformadora y emocionalmente transparente, que se permite vincular sus emociones con el mundo del trabajo, algo que hasta hace muy poco era visto como “poco profesional”.

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En el contexto empresarial actual, la adaptabilidad de la Generación Z puede resultar clave para impulsar la innovación, siempre y cuando se entienda que su concepción del trabajo y la vida personal no sigue el molde tradicional. Para esta generación, el equilibrio entre la vida laboral y personal no es negociable. Las empresas que adopten políticas de bienestar y horarios flexibles tendrán una ventaja significativa en la atracción y retención de talento joven.

Un ejemplo simbólico de esta filosofía podría ser Franco Colapinto quien, pese a su juventud y éxito profesional, fue criticado por salir de noche con una actriz famosa, algo que algunos consideraron incompatible con la seriedad de su carrera deportiva. Este episodio no sólo ilustra los prejuicios generacionales, sino también cómo los miembros de esta generación defienden su derecho a una vida personal plena sin que esto menoscabe su compromiso laboral o profesional.

Los datos indican que esta generación prioriza empresas que se alineen con sus valores y que demuestren un compromiso genuino con la diversidad, la sostenibilidad y el bienestar integral de los empleados. Esto obliga a las organizaciones a replantear cómo atraer y retener el talento joven, adaptando las estrategias de comunicación y desarrollo profesional para integrar sus valores y aspiraciones. A diferencia de generaciones anteriores, los miembros de la Generación Z buscan no solo un empleo, sino también un propósito.

En el día a día, los jóvenes de la Generación Colapinto esperan ambientes más abiertos y democráticos, y también valoran las oportunidades de crecimiento rápido y aprendizaje constante. Paradójicamente, su inclinación por la gratificación inmediata puede entrar en conflicto con la curva de aprendizaje y paciencia requeridos en muchas industrias.

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Hay que recordar que a esta generación también se la conoce como “generación ansiosa”, debido al contexto social y cultural en el que han crecido. La constante exposición a las redes sociales, la sobrecarga de información y la pandemia han generado altos niveles de ansiedad en estos jóvenes que se traduce en “lo quiero ya”. Esto podría afectar no solo su salud mental debido al estrés constante, sino también a cómo se vinculan en el ámbito laboral con la tolerancia a la frustración necesaria en todo lo que hacemos. Por un lado, buscan ambientes laborales que prioricen su bienestar emocional; por otro, desean el ascenso rápido, personalizado y sin burocracia. Aquellas empresas que logren integrar ambos aspectos tendrán más éxito en conectar con esta generación.

Un desafío adicional para los líderes es entender que muchos de estos jóvenes aún están en una etapa de «adultez en construcción». La adolescencia se ha extendido más allá de los límites tradicionales, y en la mayoría de los casos, los integrantes de la Generación Z son adultos en proceso de formación, con expectativas y necesidades emocionales propias de esta transición. Esto genera nuevos desafíos para los líderes, quienes deben equilibrar la orientación profesional con el apoyo a su desarrollo personal, fomentando espacios psicológicamente seguros donde puedan explorar y crecer sin miedo al fracaso.

La antigua lógica del derecho de piso para esta generación es un pecado, ya que los expulsa inmediatamente. Son jóvenes que, generalizando, han sido criados “entre algodones”. Hay que recordar que estos jóvenes son hijos de la última generación que, como se suele decir, le “teme” a sus padres y la primera generación que “le tiene miedo” a sus hijos.

La historia del piloto Franco Colapinto, un joven talentoso que ha irrumpido en el mundo del automovilismo con determinación y alta exposición, funciona como una metáfora inspiradora para entender a esta generación: velocidad, destreza y determinación, pero también una clara necesidad de apoyo emocional, transparencia y sentido de pertenencia. Al igual que Colapinto, necesita un equipo comprometido que potencie su talento, los jóvenes de esta generación necesitan organizaciones que los respalden y valoren.

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Recomendaciones para gestionar a la Generación Z:

1. Promover la autenticidad y el propósito: Esta generación conecta con empresas que tienen una misión clara y actúan en consecuencia. Comunicar los valores organizacionales y asegurarse de que sean genuinos es clave para ganar su confianza.

2. Fomentar la flexibilidad: horarios laborales flexibles, opciones de trabajo remoto y una cultura orientada al bienestar personal son esenciales para retener talento de la Generación Z.

3. Invertir en tecnología y capacitación: crecieron en un mundo digital y esperan que las herramientas tecnológicas sean intuitivas y eficaces. Además, valoran los programas de desarrollo profesional que les permitan adquirir nuevas habilidades rápidamente.

4. Establecer canales de comunicación abiertos: prefieren la retroalimentación constante y bidireccional. Los líderes deben estar dispuestos a escuchar y adaptar su estilo de gestión según las necesidades individuales.

5. Crear un ambiente inclusivo y diverso: la diversidad no es solo un valor, es una expectativa. Fomentar un ambiente donde se respeten y celebren las diferencias es fundamental para esta generación.

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Las organizaciones de trabajo se enfrentan al desafío de incluir a una generación que no tolera la injusticia ni la hipocresía, y que valora profundamente la autenticidad.

La Generación Colapinto no es solo una etiqueta para una cohorte particular, sino un recordatorio de que el mundo laboral está en constante evolución y que el cambio es inevitable. En este sentido, el futuro dependerá de cómo las empresas logren equilibrar sus estructuras tradicionales con las demandas de esta nueva y dinámica generación.

(*) Psicólogo, profesor de la Universidad Torcuato Di Tella y cirector de la consultora Contenido Humano

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