Por Lic Alexis Chaves (*)
El ineludible avance de la inteligencia artificial llama a reflexionar sobre el potencial avasallamiento de los derechos y las libertades individuales de todos los usuarios tecnológicos del mundo.
La Comunidad Europea ha decidido ponerse a la vanguardia parlamentaria de la protección de los derechos fundamentales de los ciudadanos, y sobre todo legislar sobre la seguridad de las gestiones estaduales. Siendo así, los legisladores, junto con las organizaciones específicas que analizan esta nueva problemática han trabajado en un reglamento que estipula un detallado nivel de obligaciones para la supervisión de la IA en relación a sus riesgos e impacto social dentro de la comunidad y su nexo con todo el mundo.
Estos sistemas – que hoy son de uso masivo – deberán cumplir estándares de transparencia, respetar los derechos de autor y detallar el contenido utilizado para programar sus modelos de “IA”.
Y suma como novedoso que los videos, las imágenes y el audio de los que se alimenten y produzcan resultados desde sus plataformas, deberán etiquetarse también como “artificiales”.
Además, se van a imponer deberes taxativos para otros sistemas de alto riesgo que tienen similares características y que se han probado que pueden ser nocivos en cuestiones de seguridad y medio ambiente.
La nueva legislación tenderá a evitar, que fruto de una posible manipulación mediante inteligencia artificial, pueda alterarse un normal funcionamiento, con consecuencias de impacto para la sociedad, poniendo incluso en riesgo a la “seguridad nacional” de los Estados; como los sistemas informáticos de las fuerzas de seguridad, la inmigración, el comercio exterior y aduanas, la tecnología del Poder Judicial y los procesos electorales que pueden poner bajo sospecha las elecciones.
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En la construcción de esta normativa y a través de un exhaustivo proceso de investigación los parlamentarios europeos han comprobado que se están manipulando las capturas indiscriminadas de imágenes faciales desde las Webs de búsquedas, como también las grabaciones de las cámaras de vigilancias, por ejemplo, y todo para crear bases de datos cada vez más completas y complejas para uso de la alimentación de los programas que se cuestionan.
Cuando este conjunto de normas sea de aplicación efectiva mediante la sanción de la correspondiente Ley de inteligencia artificial, se van a prohibir varias Apps (aplicaciones de IA) que atentan contra el derecho a la intimidad.
En este sentido la legislación va a otorgar mayor poder a los ciudadanos, los cuales gozarán del derecho a presentar reclamos sobre los sistemas y en el caso que se compruebe la vulneración de derechos adquiridos, se deberán recibir respuestas, explicaciones precisas y resarcimientos por los daños ocasionados.
Finalmente, nos encontramos con la primera ley sobre IA, la cual intenta aportar transparencia, minimizar riesgos y crear nuevas oportunidades más seguras.
La transformación en el mundo de las IA es tan profunda que su implementación estipula un tiempo prudencial a los fines de adaptar las plataformas existentes, porque todo proceso necesita asimilación, entonces se trazarán horizontes de doce a veinticuatro meses para adaptar las leyes y sus normas, que tendrán luego el plazo de comprensión por parte de la ciudadanía y, en definitiva, de todos los actores involucrados.
Es claro que este tipo de debates y discusiones van a terminar reformulando y actualizando un conjunto de modelos, como lo son el educativo, el del mercado laboral, el del comercio entre los países y determinarán una serie de normas que seguramente serán una base y punto de partida hacia un nuevo modelo de gobernanza, que la tecnología avanzada hizo que sea hoy el eje del debate en democracia.
(*) Politólogo y analista parlamentario
