Por Gordon G. Chang (*)
Mientras los miembros de la OTAN se reunían esta semana en Washington para celebrar un hito de la alianza, tropas de dos de los socios más cercanos de Rusia -China y Bielorrusia- comenzaron un ejercicio conjunto para ensayar invasiones. «Esta semana, la OTAN se felicita por sus 75 años de cooperación, mientras que China anticipa la próxima guerra mundial… en Europa», me dijo el analista militar chino Richard Fisher.
El ejercicio de 11 días, que comenzó el lunes y fue denominado «Eagle Assault 2024», fue anunciado como «ejercicios antiterroristas», pero la descripción proporcionada por el Ministerio de Defensa bielorruso sugirió que los dos países estaban practicando movimientos en grandes formaciones. «Los militares de ambos países trabajarán en cuestiones de aterrizaje nocturno, superación de obstáculos de agua y operaciones en zonas pobladas», anunció Bielorrusia.
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El ejercicio se lleva a cabo en el campo de entrenamiento de Brestski, a menos de dos millas de la frontera con Polonia, miembro de la OTAN, y a sólo 17 millas de Ucrania.
Entonces, ¿veremos tropas chinas luchando junto a las rusas en Ucrania o en otros lugares? Por el momento, eso es poco probable. «A pesar de la retórica pública de Xi Jinping y Vladimir Putin, no hay un amor perdido entre los dos líderes», me explicó esta semana Gregory Copley, presidente de la Asociación Internacional de Estudios Estratégicos. «La presencia militar de la República Popular China en Bielorrusia molesta a Moscú y se considera que le da a Bielorrusia una relajación de su dependencia de Rusia».
Sin embargo, al mismo tiempo, el ejercicio con Bielorrusia ofrece ventajas a China. Copley, también editor en jefe de Política Estratégica de Defensa y Asuntos Exteriores, señala que el evento brinda la oportunidad de aprender «de la proximidad al campo de batalla de Ucrania lecciones que puede utilizar contra Taiwán».
Por ejemplo, el transporte de tropas desde el Comando del Teatro Norte de China a Bielorrusia en aviones de transporte estratégico pesado Y-20 de la fuerza aérea china brinda al Ejército Popular de Liberación una experiencia invaluable que podría aplicarse en una invasión a través del Estrecho.
Sin embargo, existen preocupaciones más amplias para Estados Unidos y sus socios de la OTAN. Fisher, afiliado al Centro Internacional de Evaluación y Estrategia con sede en Maryland, escribe en Geostrategy-Direct que el ejercicio en curso «es una señal importante ya que indica la voluntad de China de ayudar a la posible participación activa de Bielorrusia en la guerra de Rusia contra Ucrania, o al menos señala una disuasivo para aquellos que podrían responder a tal medida por parte de Bielorrusia».
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Bielorrusia es efectivamente un actor beligerante en la guerra de Ucrania. Al comienzo del conflicto en febrero de 2022, el presidente Alexander Lukashenko permitió a Rusia utilizar su territorio para lanzar un ataque contra Kiev, la capital de Ucrania. Además, Putin, demostrando cercanía con Bielorrusia, transfirió misiles Iskander con capacidad nuclear a ese país a finales de 2022. El año pasado, Rusia envió armas nucleares tácticas a Bielorrusia, según Lukashenko.
Como bien señala Copley, existen tensiones entre Rusia y sus socios, pero quizás la tendencia más siniestra de esta década haya sido la creciente coordinación de las políticas rusas y chinas. Beijing y Moscú emitieron su famosa declaración «sin límites» el 4 de febrero de 2020, apenas 20 días antes de la invasión de Ucrania, y con ella consolidaron, entre otras cosas, el amplio apoyo de China al esfuerzo bélico de Putin.
Como lo afirmó la Declaración de la Cumbre de Washington de la OTAN del 10 de este mes, China «se ha convertido en un facilitador decisivo de la guerra de Rusia contra Ucrania». De hecho, la Alianza Atlántica tiene razón: desde el comienzo del conflicto, China ha proporcionado todo a Rusia menos tropas.
Corea del Norte, el único aliado militar formal de China, podría hacer precisamente eso enviando ingenieros de combate para ayudar a las fuerzas rusas en Ucrania, como sugieren informes recientes. Moscú y Pyongyang firmaron el mes pasado un «Tratado de Asociación Estratégica Integral», que aparentemente incluye una cláusula de defensa mutua.
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Aunque los analistas no están de acuerdo sobre el alcance de la influencia de China sobre Corea del Norte, el régimen de Kim depende en gran medida de la ayuda china, ahora más que desde mediados de los años noventa. Por lo tanto, es poco probable que Pyongyang pueda, a pesar de las objeciones de Beijing, firmar un pacto con Moscú o enviar tropas a una batalla en Europa.
Y China también podría enviar tropas si la situación lo exigiera. Mao Zedong, el héroe de Xi Jinping, hizo exactamente eso en 1950, cuando el ejército de Corea del Norte estaba al borde de la derrota ante las fuerzas de la ONU bajo el mando del general Douglas MacArthur. Mao sorprendió completamente a Estados Unidos al enviar «voluntarios» a la batalla y logró recuperar casi todo el territorio que había perdido Kim Il Sung.
Si las fuerzas de Vladimir Putin se enfrentaran a una derrota segura en Ucrania (una posibilidad clara), Xi podría hacer lo mismo que Mao y enviar tropas para unirse a la guerra. A pesar de todas las tensiones en la relación Beijing-Moscú, Xi aparentemente cree que no puede permitir que Rusia fracase. Después de todo, Putin es su socio para derribar el orden liderado por Occidente.
Xi considera que Putin es indispensable para sus planes expansivos, en gran medida porque el líder ruso es lo suficientemente audaz como para hacer las cosas que China cree que deben hacerse. A los chinos les encanta el hecho de que alguien más esté soportando la presión por ellos. Por eso Xi Jinping dice que él y Putin ahora tienen el control de los acontecimientos. «Se avecina un cambio que no había ocurrido en 100 años», declaró el líder chino a Putin en marzo del año pasado después de su 40ª charla en persona. «Y estamos impulsando este cambio juntos».
Todo el mundo supone que la amenaza de China está en Asia. Ahora también lo es en Europa. Como dijo Fisher, «la OTAN y Estados Unidos necesitan prepararse para un futuro en el que habrá una intervención china a gran escala en las guerras en Europa lideradas por Rusia y apoyadas por China».
(*) Analista, escritor y autor de “El próximo colapso de China” y “China va a la guerra”
