Hoy, en este Rosh Hashana, quisiera mandarle un saludo por este nuevo año a toda la colectividad judía y hacer una reflexión. Desgraciadamente, este año la conmemoración está muy próxima a la fecha del 7 de octubre, en la que se cumplirá un año del atentado salvaje de los terroristas de Hamás en Israel, con asesinatos, secuestros, violaciones y todo lo que nos fuimos enterando que sucedió ese día.
Tengo muchas ganas de explicar que, una vez más, está sucediendo lo que sucedió a lo largo de la historia: nunca se presta atención cuando Israel es atacado y, en cambio, siempre se la presta cuando Israel se defiende.
Toda la izquierda antisemita que hay en el mundo -intelectuales y periodistas que en estos días hablan de lo que está haciendo Israel en la Franja de Gaza o lo que hace Israel en el Líbano- nunca critica que esto es la consecuencia de una declaración de guerra, que fue aquel ataque del 7 de octubre de 2023. Ni tampoco se menciona que desde el Líbano Hezbolá atacaba y no deja vivir a la gente que vive en el norte de Israel.
Incluso hay un grupo de judíos en Argentina y en el mundo que son como los «kapos» (con K), que eran los judíos que en los campos de concentración trabajaban para los nazis. Los nazis de este tiempo son los que quieren eliminar a todos los judíos, y sus brazos ejecutores son Hamás, Hezbolá y el Estado teocrático de Irán. Ellos incluso repiten que buscan la eliminación del pueblo judío.
Entonces en esta fecha -por un lado festiva por el año nuevo, pero por el otro lado, triste-, yo quiero expresar como no judío que Israel tiene todo el derecho a defenderse. No se puede ser honesto intelectualmente sin pedir que, antes que nada, liberen a los judíos que todavía tienen como rehenes en la Franja de Gaza.
Todos esos que quieren poner a Israel en el centro no dicen nada cuando en Irán las mujeres mueren por llevar el pelo a la vista o cuando no dicen nada sobre cómo sometió Hamás a los palestinos en la Franja de Gaza. Ni tampoco dicen nada sobre que el Líbano está tomado por una organización terrorista como es Hezbolá, financiada por Irán, que lo que quiere es destruir el Estado de Israel.
La advertencia del líder supremo de Irán: «Israel no durará mucho»
Aquí, y esto es lo que se debe pensar, lo que se está jugando es la defensa de Occidente. Occidente necesita que Israel termine con Hamás. Occidente necesita que Israel termine con Hezbolá. Y Occidente necesita que caiga el régimen criminal de Irán.
Los que no entiendan eso se van a querer colocar siempre en un lugar «de centro», pero estarán en el lugar de los que quieren que a Occidente le vaya mal. Toda esa gente vive bien en Occidente, pero defienden a quienes los matarían por vivir como viven en Occidente.
Y a los que hablan de la «reciprocidad» en los ataques, es preciso refutarlos: no hay reciprocidad en la guerra. Dicen Israel tiene derecho a defenderse, pero que debería que respetar la «proporcionalidad». Nunca hay proporcionalidad en la guerra. Cuando murieron 6 millones de judíos en la Segunda Guerra Mundial, después no fueron los judíos y mataron 6 millones de alemanes.
Se trata de un discurso que pretende instalar que es lo mismo un Estado democrático que se defiende que las organizaciones terroristas. No lo son, y es importante recordarlo en este año nuevo y, sobre todo, a días del 7 de octubre.
(Columna emitida originalmente en el programa «Cristina sin vueltas», conducido por Cristina Pérez en Radio Rivadavia)
