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Los católicos merecen algo mejor que el Papa Bergoglio
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Los católicos merecen algo mejor que el Papa Bergoglio

Realmente no puedo salir de mi asombro leyendo lo que dijo el Papa Bergoglio.

Me hizo reflexionar acerca de un tema que siempre está vigente, la necesidad de una «CONADEP de la corrupción». Argentina necesita urgentemente que el tema de la corrupción se ponga por delante en la agenda, porque la corrupción en la Argentina no solo enriqueció a algunos, si no que trajo muerte por mala praxis y un montón de otras cosas malas.

Hay muchos corruptos sueltos en la Argentina.

Recapitulando, escuché lo que dijo Bergoglio hoy sobre la pobreza y la «represión » del Gobierno de Milei. Yo lo he criticado muchas veces, pero confieso que ya empieza a darme un poco de verguenza ajena. Me parece que es un hombre que está tan encerrado en una idea que tiene él de la militancia popular, que no tiene nada de popular lo que él defiende.

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El peronismo impuso una falsa idea sobre lo que es popular, y este hombre está encorsetado en eso, no puede salir. Solo habla con la gente que tiene que ver con eso.

Que haya dicho que el Gobierno no tiene plata para la justicia social, pero sí para el gas pimienta para usar contra Grabois y un montón de personas de los movimientos sociales, me lleva a una reflexión: si eso lo dijera un militante trotskista de la Facultad de Filosofía y Letras estaría bien; pero que lo diga el Papa, que tiene escucha en todo el mundo, es una caída vertical respecto a lo que han sido históricamente los pensamientos sofisticados de la Iglesia.

Si uno compara a este hombre con los papas anteriores, podemos darnos cuenta de que está en el subsuelo intelectual. Es un puntero de una fuerza política; es el puntero peronista, presuntamente de izquierda, que se ha juntado (y ahí volvemos al tema de la corrupción) con todas las personas que han sido estructurales en la corrupción argentina.

La prueba es que la semana pasada se juntó con algunos dirigentes de la CGT, como Pablo Moyano, un tipo corrupto, violento, de una familia corrupta. Y Bergoglio se reunió con él.

Antes se juntaba con Milagros Sala que era increíblemente corrupta. Se ha juntado con cuanto defensor de la corrupción del peronismo pudo y con todos ha tenido conversaciones agradables. Hace poco estuvo con una bandera de Aerolíneas Argentinas, y posó con sus sindicalistas mafiosos.

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Pero el problema no es que él descienda a bajísimos niveles intelectuales; eso, de última, es un problema solo para él. El problema es que tira para abajo la dignidad de la Iglesia con estás actitudes.

Si pensamos que Juan Pablo II era el hombre que salvó al mundo del comunismo y a sus compatriotas en Polonia, este Papa se destaca por un discurso que condena a la miseria y a la marginalidad a todos los argentinos.

De hecho, creo que ya ni siquiera es la expresión de un puntero «vivo», en el sentido de que parece un puntero que no tiene escucha en ningún lado; lo tienen tirado en un rincón en el Vaticano, lo juntan con sus amigos y él repite las mismas taradeces.

Hablar del gas pimienta cuando no dijo nada de Venezuela (y cuando le preguntaron se escapó por la tangente)… Yo le diría a Bergoglio que es mucho mejor el gas pimienta que las balas con las que le tiran a la gente en Venezuela, un régimen que a él le causa simpatía.

No dice nada de María Corina Machado, y no dice nada de Edmundo González, porque él se siente cercano a la revolución asesina, que no tira gas pimienta, sino que tira tiros y mete gente en el Helicoide para torturarlos.

Finalmente, mencionó a Julio Argentino Roca y dijo que «degollaba indios». Una vez más, una declaración que podría haber salido de un diputado de La Cámpora de la provincia de Buenos Aires. Que el Papa diga eso… Más allá de las opiniones, para mí Roca es el mejor presidente que ha tenido la Argentina. Roca salvó la Patagonia para la Argentina.

En esa época, lo que pasaba era que los mapuches entraban de Chile, te robaban todos los animales, sometían a los estancieros, se metían con las mujeres y volvían a Chile con lo robado. Lo que hizo Roca fue justamente defender a los pobladores argentinos de esas invasiones.

No saber eso, que es algo elemental que se estudia en la escuela y que se puede leer en un montón de libros, marca el declive absoluto de Bergoglio. Solo le habla a una secta filokirchnerista, filoizquierdista, porque ha perdido la escucha de la mayoría de los católicos.

Es una decadencia feroz y es una pena. Esperemos que esto se resuelva rápido porque los católicos merecen algo mejor que Bergoglio.

(Columna emitida originalmente en el programa «Cristina sin vueltas», conducido por Cristina Pérez en Radio Rivadavia)

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