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Macri, el Gran Hermano de Juntos por el Cambio
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Macri, el Gran Hermano de Juntos por el Cambio

El principal motor para las decisiones de un político es siempre el poder. Y Mauricio Macri definió en función del poder. Mauricio Macri tiene más poder ahora que se bajó de la candidatura que cuando podía subirse.

De hecho se convirtió, de momento, en el Gran Hermano de Juntos por el Cambio. Valen su bendición, su neutralidad y su impugnación para los que quieran seguir en la casa. Nadie quiere estar nominado por Mauricio.

Si al menos tomamos las últimas encuestas de intención a voto de cara a la interna, el expresidente reparte al menos un 10% en la general que en las primarias se convierten en un piso de 30%. De momento, la primera consecuencia de que se haya bajado es que se sincerarán las encuestas y se sabrá quién cautiva los votos de Macri.

Hay que decir que en esa fila de herederos también se inscribe Javier Milei. Aunque la depositaria más nítida parece ser por ahora Patricia Bullrich. Macri no ha ocultado la sintonía que lo identifica con su exministra de Seguridad aunque ha buscado escenificar la ecuanimidad. Cuando dice “cambio o nada”, cuando pide un “shock de orden”, cuando relativiza la discusión sobre la grieta, o cuando manda a incondicionales propios como Hernan Lombardi a sumarse a las filas de Patricia Bullrich, es inocultable, al menos cierto favoritismo. ¿Pero cuánto cotiza hoy una bendición explícita del presidente? ¿La dará? ¿O esa será también su prenda de poder?

Los enojos que lo distanciaron de Horacio Rodríguez Larreta son varios: la chance de entregarle la ciudad al radical Martin Lousteau, multiplicando los candidatos de PRO, haber sido condescendiente con el gobierno nacional en tiempos de pandemia, y lo peor de todo: su amistad o pacto con Sergio Massa. Sin embargo, hay dos décadas de trabajo juntos que los unen en innumerables cuestiones. Atención a eso.

Mauricio Macri anunció que no será precandidato en 2023 (Foto: NA)

Pero volvamos a la decisión de bajarse: no sólo jugó lo que Macri quiere, sino también lo que Macri no puede. Ambas cosas son importantes. En la primera, “lo que Macri quiere”, hay que anotar dos cuestiones. Una, tiene que ver con lo personal, incluyendo en este ítem, su armonía familiar, y lo que hoy le gusta hacer, que es continuar con tareas más relacionadas con la representación diplomática tanto desde el deporte como en el plano de la política internacional. De hecho, su primera aparición de hoy será con expresidentes de la región, en la cruzada de la Fundación Libertad por la libertad y la democracia. Ahora veamos lo que Macri no puede. El ingeniero tiene mentalidad deportiva y de ingeniero, y sabía también del riesgo electoral que implicaba su imagen negativa que sigue siendo alta en las encuestas, aunque bajó muchísimo. Eso le restaba competitividad y en una cabeza pragmática, eso no pasaba desapercibido.

Por lo demás, Macri se reinventa a sí mismo poniéndose por encima de la terrenal interna pero no dejando de marcar la cancha. El, no se ve dentro del campo de juego pero sí como Director Técnico. El ejemplo virtuoso de la selección que dio en forma insistente algo tiene de eso.

Pero vale la pena también, observar cómo fue el proceso de la decisión de Macri. Cuando presentó el libro “Segundo Tiempo”, todos creyeron que había sido su lanzamiento de campaña. En esa época contestaba que no era candidato y que tampoco especulaba. Luego aclaró, que, en realidad, no había tomado la decisión. En la intimidad revelaba algo que fue gravitante hasta el final: “Yo perdí la inocencia de lo que significa llegar a la presidencia. Todos te piden que vayas, que seas vos, pero luego nadie quiere que toques su quintita”, repetía.

Esa experiencia traumática fue desafiada por un operativo clamor silencioso que habría incluido a políticos de fuste y a empresarios de primera línea que alguna vez fueron críticos o ambiguos y ahora le pedían que fuera él. Quizás esa es otra forma de reivindicación, porque fueron muchos del campo empresario, del mismo que él procede, quienes durante su presidencia, le jugaron en contra. Y luego vieron que Alberto Fernandez había sido sólo un camuflaje de la señora Kirchner y volvieron al redil. La otra reivindicación es que lo que vino no sólo fue peor, sino que terminó de demostrar que el modelo k está agotado y no hay más atajos.

Macri se bajó pero se equivoca quien lo dé por retirado. Desde las marchas del «Sí Se Puede» a hoy Mauricio Macri no ha hecho más que sumar poder. Secretamente, quizás sabe que no puede ser él, pero también que es el gran elector. Hoy, Macri, como Cristina en el 2019, no es el candidato a presidente, pero sí el líder indiscutido de su espacio. El efecto ordenador de su decisión, cruza de hecho al otro lado de la costa, donde su sola presencia hubiera hecho emerger a Cristina Kirchner como la mejor contrincante. Ahora, la vicepresidenta, que encima necesita fueros, se queda más obsoleta si insiste en ser la candidata.

Sin embargo y probablemente, el mejor servicio de Macri con su decisión, es abrir el camino al cambio generacional en un país donde la mayoría de los políticos sólo busca perpetuarse. Suelen cambiar todo para que a ellos no los cambien.

 

 

 

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