Leyendo:
Massa es el kirchnerismo: votarlo es regalarle cuatro años más a la mafia populista
Artículo Completo 5 minutos de lectura

Massa es el kirchnerismo: votarlo es regalarle cuatro años más a la mafia populista

El kirchnerismo vive al margen de la ley y la campaña de Massa es una prueba más de ese comportamiento. El código electoral dice que a partir de cierto momento los candidatos no pueden hacer actos de gobierno que puedan incitar el voto. Lo sabe todo el mundo y muchos países tienen normas en ese sentido.

El que está en el gobierno no puede tener ventajas usando el Estado para su propio beneficio electoral. Massa viola esa norma de manera permanente mostrando un rasgo de impunidad que es propio del kirchnerismo. Acomoda su gestión como ministro de Economía de acuerdo a su conveniencia electoral.

Con esa actitud obtiene dos resultados: se beneficia electoralmente y destroza aun más la economía provocando un desastre mayor al actual, que se verá en el corto plazo.

El verdadero peligro no es Milei sino la mafia peronista que destruyó la Argentina

Literalmente Massa regala dinero del Estado para favorecerse electoralmente. El año próximo la Argentina será un infierno económico por las medidas delirantes que está tomando el ministro en su inescrupulosa lucha por el poder. Hacer eso está prohibido y, si en la Argentina hubiera justicia, debería ser inhabilitado. El problema es que una de las aristas de la decadencia argentina es el poco apego a la ley por obra y gracia de una parte del poder judicial.

Con este escenario son desopilantes y patéticas las cartas que firmaron algunos intelectuales y gente del espectáculo llamando a votar a Massa y diciendo que lo hacen para defender la democracia. Ese tipo de manifestaciones siempre están generadas por una mezcla de ignorancia y vanidad que son la medida del patetismo. Dicen defender la democracia y llaman a votar al que incumple las normas básicas de la democracia.

El estado de indigencia intelectual en la que se encuentran muchos formadores de opinión en la Argentina es enorme. Por supuesto, no se trata solo de idiotez: en muchos casos influye el dinero en prebendas con el que, durante años, el kirchnerismo regó los jardines de ciertos intelectuales y de gente de la farándula.

Ahora temen que se corten o se achiquen esos flujos de dinero, que son la razón última por la que defienden al putinismo con cara amable de Massa. Están los que llaman a votar por Massa por prebendas presentes y futuras, pero también están los desorientados, que sienten que la democracia está en peligro si gana un candidato que nunca gobernó. Son los que creen que la democracia se salva si siguen los que la vienen destrozando hace años, los que atacan a la justicia que no se somete y los que usan las instituciones en su beneficio. Un pensamiento que desconoce la historia.

Historias de la neutralidad inútil

Cuando se hacen estos planteos, siempre aparecen los que quieren explicar que Massa es distinto al kirchnerismo. Esas cosas las escuchábamos hacer cuatro años cuando muchos las decían de Alberto Fernández. Un claro ejemplo de síndrome de Estocolmo que tiene cierta gente con el peronismo que creen ser “progresistas”.

Massa fue nombrado como candidato por CFK (al igual que Alberto Fernández). CFK lo dejó ser candidato a cambio de llenarle las listas de diputados y senadores. CFK se quedó con la Provincia de Buenos Aires y con muchos de los intendentes que ganaron en sus ciudades. Además, los kirchneristas tienen copadas áreas enteras del Estado.

Massa podrá gobernar mientras no se corra de la agenda del kirchnerismo duro, que siempre ha sido una mezcla de delirio político y corrupción desatada. ¿Por qué Massa no dice nada acerca del escandaloso pedido de juicio político a la Corte? Porque está dentro del sistema kirchnerista que se lleva por delante la división de poderes.

Si Massa llega a la presidencia florecerán, aún más, los Chocolates Rigau y los Insaurralde. Capitalismo de amigos, corrupción, pobreza y justicia adicta mientras entretienen a la gilada con el discurso “se viene la ultraderecha”. El manual básico del populismo delincuencial latinoamericano. Defienden los negocios metiendo miedo a los ciudadanos y haciendo trampa en las elecciones.

El clientelismo bonaerense, el error de Milei y la insólita renuncia a la batalla cultural contra el kirchnerismo

Pese a la claridad del escenario hay un montón de incautos que se sienten independientes y dicen que hay que abstenerse o votar a Massa. Son los que no se harán cargo de nada como no se hicieron cargo tampoco cuando le daban chapa de estadista al impresentable de Alberto Fernández.

La historia es circular en Argentina y muchos formadores de opinión siguen trabajando de escorts del peronismo. Mientras la Argentina sigue sumando pobreza y tristeza, la gente tiene que escuchar que si no gana el peronismo va a venir una calamidad.

El voto democrático puede salvar a la Argentina de la decadencia populista

Argentina ya es una calamidad y da miedo pensar que todo puede seguir igual o peor. El massismo ya hipotecó a la Argentina tomando medidas de gobierno para su beneficio electoral.

La identidad política de la sensatez en la Argentina es estar en contra, siempre, del kirchnerismo. No entender eso es no entender la Argentina. En las elecciones, entre Juntos por el Cambio y La Libertad Avanza obtuvieron sumados casi el 55% de los votos, mientras que el kirchnerismo obtuvo el 36%. Sería un disparate regalarles cuatro años más a los K, cuando la ciudadanía votó mayoritariamente en contra de ellos.

Mientras la gran mayoría se expidió en contra de los K, algunos defienden la continuidad de la decadencia y son cómplices de la mafia.

Ingresa las palabras claves y pulsa enter.