Por Romina Andreani (*)
En poco tiempo más reabrirá sus puertas en la provincia de Chubut el Museo Paleontológico Egidio Feruglio, también conocido como MEF, ubicado en la ciudad de Trelew. Actualmente se encuentra cerrado porque está recibiendo una profunda transformación que lo convertirá en uno de los museos más modernos de la Argentina y en un verdadero epicentro para la investigación científica en la Patagonia.
Desde luego, se trata de una muestra de gran interés para el público en general porque habla nada menos que de dinosaurios. ¿Y a qué chico, chica o adulto no le atraen los dinosaurios? Pero el MEF los cuenta de una manera única, interactiva y con el apasionado relato adicional de los guías turísticos y de sitio, gente de la provincia que ama su lugar y lo transmite con eficacia y conocimiento. Tuve la oportunidad de estar ahí recientemente y puedo dar testimonio de todo esto.
Pero, además, el MEF de Trelew es un ejemplo valiosísimo para quienes seguimos con atención el mundo de los emprendimientos, porque demuestra que la ciencia, los gobiernos y las empresas pueden unirse para desarrollar proyectos exitosos, colaborativos y con un gran valor para la sociedad, y porque se volvió un emprendimiento nacional con proyección internacional gracias a esa sinergia público-privada.
El museo lleva el nombre de Egidio Feruglio, un pionero de la investigación científica en la Patagonia. Haciendo honor a aquel naturalista aventurero, el MEF ha realizado descubrimientos asombrosos en estas tierras australes, que lo han puesto en el mapa mundial de la paleontología.
El museo surge de la necesidad de establecer el primer reservorio fósil de Chubut, junto con la aplicación de la que en 1990 era la nueva ley de patrimonio paleontológico. El Dr. Rubén Cúneo, Geólogo, Paleobotánico e Investigador Principal CONICET, lo funda -mientras termina su doctorado- acercando las partes para que el proyecto sea sostenible. Si bien el museo es de origen municipal, la administración y gestión es 100% privada a cargo de la Fundación Egidio Feruglio. El modelo de gestión es único en el país y ejemplo de crecimiento y divulgación científica. Hoy en día se basa en 2 pilares: educación y divulgación.
Desde sus comienzos, la institución ha llevado su ciencia más allá de las fronteras argentinas, convirtiéndose en un referente global. Sus exhibiciones recorren el mundo, compartiendo con el público internacional no solo los fascinantes hallazgos de la región, sino también la historia de cómo la colaboración público-privada puede hacer realidad proyectos de gran envergadura.
El MEF es un recordatorio de que la unión de voluntades y recursos, cuando se gestiona con visión y compromiso, puede generar resultados que trascienden fronteras. Argentina tiene en Trelew un ejemplo de cómo la ciencia y la innovación pueden proyectarse globalmente desde lo local.
Cuando estuve allí, tuve la chance de conversar con Florencia Gigena, gerenta comercial del MEF, y recorrer las obras. Es fácil contagiarse con su entusiasmo. No tengo dudas de que va a ser sorprendente. Pero también me dio algunas pistas para entender el por qué del éxito de ese modelo colaborativo, sobre cómo hacen que funcione este trabajo multisectorial.
Por un lado está el municipio de Trelew que, según cuentan, gestionó al principio este espacio que es clave para la localidad, tanto por su aporte científico como por el turismo que llega al destino. Vale recordar que durante años Trelew fue la puerta de entrada a Puerto Madryn: la gente llegaba a Trelew en avión y luego se iba a Madryn y Península Valdés para ver a las ballenas. Por otra parte, la Fundación Egidio Feruglio es el corazón del MEF, el centro de todo y principal responsable. No solo emplea directamente a personal y proveedores sino que asume compromisos de todo tipo para cumplir su misión: tanto financieros como de fomento de crecimiento académico, financiamiento de campañas de investigación, etc. Y finalmente los sponsors que son principalmente empresas cuyas operaciones están en la provincia.
Todos ellos, en conjunto, crearon un modelo de negocio en el que no se está esperando que el Estado financie. Hay interés genuino y, de hecho, los sponsors más grandes son empresas situadas en la propia provincia. Y con los años han ido encontrando maneras innovadoras de ir financiando todos sus proyectos.
Por ejemplo, tienen unas impresoras 3D con las que realizan réplicas de los hallazgos que van haciendo de esta manera los ofrecen servicios y alquiler de muestras itinerantes a otros museos. Es un modelo de negocios rentable porque generan sus propios fondos. Por ejemplo, hoy el museo se posiciona como un generador de industria de exportación con la fábrica de escenografía y réplicas científicas que capacita artistas, artesanos, herreros, escultores.
Otra caso más: hace un tiempo encontraron el dinosaurio más grande del mundo, el Patagotitan mayorum, descubierto por el equipo MEF en el 2012 y publicado por el Dr. José Luis Carballido (MEF-CONICET). Este acontecimiento revolucionó a la ciencia y al museo, que debió encarar una ampliación para alojarlo. La excavación costaba una fortuna (¡y en dólares!). ¿Cómo lo hicieron entonces? Firmaron un acuerdo con la BBC de Londres y consiguieron los fondos a partir de un documental que se filmó contando todo el proceso. Y con ese dinero no solo se realizó la excavación, sino que además se financió la investigación sobre los fósiles extraídos.
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Y hay más. Las muestras itinerantes del MEF dan la vuelta al mundo y eso también les permite generar mayores recursos, y no solo por los contratos y las entradas, sino además porque difunden el trabajo que se realiza, y eso puede seducir a potenciales inversores. Recientemente estuvieron en Australia (Western Australia Museum en Perth, Queensland Museum en Brisbane) y Nueva Zelanda (Museo Nacional TePapa en Wellington). Actualmente una de nuestras exhibiciones gira por España en un partnership de exhibición con el prestigioso museo Caixa Fórum.
La creatividad está puesta al servicio de la ciencia.
Realmente es una lástima que en Argentina no se conozca más sobre el MEF, aunque suele haber muchas visitas por parte de las escuelas y, desde luego, se llena de turistas (especialmente en alta temporada de ballenas). Vale la pena visitarlo o al menos adentrarse en su trabajo, porque tiene una gran profundidad científica, y lo transmite de una manera amena, accesible para todos.
Además, esta difusión de la paleontología y la geología permitiría también inspirar a chicos y jóvenes. Justamente una de las dificultades que los directivos me comentaban durante la charla es la falta de equipo para seguir creciendo. Necesitan recursos formados y con vocación científica.
Pero tampoco es un impedimento, porque también los están autogestionando. El museo creó su propia Tecnicatura en Paleontología, de manera que los paleontólogos experimentados tengan los equipos necesarios para llevar a cabo las tareas de investigación y también la exposición.
En dos meses el MEF reabrirá completamente renovado y con muchos retos, que incluyen una intensa agenda de eventos, campañas programadas (tienen para dos años, por lo menos, porque hay fósiles ya localizados y listos para su extracción) y el constante desafío de seguir autofinaciándose.
El MEF es claramente un caso de sustentabilidad, un modelo que funciona, un ejemplo de excelencia, de ciencia y de innovación en la Patagonia argentina. Y es mucho lo que podemos aprender de él.
(*) Inversora ángel. Miembro de diversos boards. Mentora. Facilitadora en la creación de empresas
